La música, eje para honrar a la patrona en Lerín
La ciudadanía arropa a la Virgen de la Asunción en una procesión en la que no han faltado la banda, el coro parroquial o los gaiteros
¡Hoy hay que celebrarlo, es el día de la Virgen!, le decía una vecina de Lerín a otra que aguardaba junto al Ayuntamiento a que la comitiva partiera hacia la iglesia antes de las 12.00 horas para arrancar la procesión del día grande, un acto que, pese al intenso calor, ha contado con decenas de personas que, buscando la sombra, han acompañado a la Virgen de la Asunción por las calles del casco urbano.
Al son de Club de Amigos Radio Andorra, la banda de música, protagonista del chupinazo, bajo la batuta de Iñaki Sádaba ha acompañado a las autoridades hasta la parroquia. Al frente de la corporación,Esmeralda Masó, así como políticos forales de diversos partidos, y representantes locales de municipios como San Adrián; los de Lodosa, Azagra o Andosilla, entre otros, se acercaron el jueves hasta la localidad ribera.
La talla de la patrona ha salido a la calle y, siguiendo a los gigantes, ha comenzado su periplo a hombros de diversos hombres y mujeres de la población. Un año más, pétalos y confetis se han sumado a la cita que ha tenido como banda sonora Jerusalén.
Los honores
Al llegar a la plaza, y antes de entrar a misa, ha sido el turno de los honores. En primer lugar, el coro parroquial ha interpretado Es la jota de tu Navarra y acto seguido le han depositado a la imagen un ramo de flores a los pies. Para terminar, los gigantes, al son de los gaiteros, y bajo un sonoro bandeo de campanas, han bailado un vals. La gente, poco a poco y con los gritos de ¡Viva la Virgen de la Asunción! ¡Viva Lerín! de fondo, ha ido entrando al templo.
Una banda con futuro
La banda, protagonista indiscutible de estas fiestas, recordaban que resurgió en el año 2011, a raíz de un reconocimiento que se le hizo a Pablo Gallo, el antiguo director, que hacía 50 años de su llegada a Lerín; “aprovechando los ensayos y la dinámica que se había cogido, decidimos seguir, y ahora es un grupo muy consolidado”. De hecho, insistían, “para la gente, la banda es todo un orgullo y para nosotros, como músicos, también lo es poder representar a todos los lerineses y lerinesas. Formar parte de este grupo merece la pena; es muy agradecido y haces unas amistades que, de otra forma, serían impensables”.
Con unos 30 miembros de edades muy dispares (ya hay padres que tocan con sus hijos) y hoy, además de la procesión, han tocado las dianas y están presentes en cualquier acto de relevancia que hay en la localidad. Para seguir así, concluían, “es vital la escuela de música; de ahí se nutre la banda, es fundamental, de otra forma, ésta no tiene futuro”.