EN 1902 la actual avenida de Pío XII era conocida con el nombre de carretera de Estella, por ser la que unía Pamplona con la ciudad del Ega, aunque es fácil apreciar que la vía, más que una carretera al uso actual, era un camino de tierra más o menos acondicionado, y seguramente muy difícilmente practicable en época de lluvias.

La fotografía muestra el momento en el que un vehículo de la compañía La Estellesa se aproxima a Pamplona a velocidad que se nos antoja estratosférica. El velocípedo, un autobús a vapor de los que abundaban hacia el año 1900 en toda Europa, acaba de sobrepasar el cruce con la llamada Vuelta de la Longaniza, castizo paseo cuyos arbolitos se adivinan al fondo a la derecha, y se dirige como un meteoro hacia la capital, a la que sin duda accederá por el portal de la Taconera, junto al actual Edificio Singular. En su imparable marcha acaba de superar el punto donde se han apostado dos pamploneses, Agapito Goñi y su hijo Emiliano, dejándolos envueltos en una nube de polvo, y está a punto de pasar junto a otro familiar, Anselmo Goñi, que ha obtenido la foto con grave peligro de su integridad física. Y es que Anselmo Goñi Nagore (Pamplona, 1884-1970) fue médico, presidente de la Beneficencia Municipal, y todo un pionero de la fotografía en Navarra, habiéndonos dejado documentos tan bonitos y curiosos como este que reproducimos.

HOY EN DÍA Parece evidente que la zona fotografiada por don Anselmo en 1902 ha cambiado hasta el punto de hacerla irreconocible. Tan solo las notas dejadas por el doctor Arazuri nos han permitido localizar muy aproximadamente la posición del fotógrafo, puesto que afirma que fue obtenida "junto a la carretera de la Longaniza". Dicho paseo arrancaba del punto donde hoy se cruzan la avenida de Barañáin y la calle del Monasterio de Urdax, es decir donde estuvo la fachada del campo de Osasuna en San Juan, junto a la actual parroquia del Huerto, y regresaba al mismo punto tras trazar un amplio bucle en forma de ristra de longaniza, de donde procedía su nombre. En su trayecto el paseo transcurría entre árboles, piezas de cultivo, huertas y villas, alcanzando la actual zona de Hospitales, donde confluía con la carretera de Estella.

En cuanto al velocípedo de 1902, debemos decir que los autobuses a vapor aparecieron hacia 1830 en Londres, y que se emplearon con normalidad hasta la generalización del motor de combustión interna. En el momento de obtenerse la foto antigua, parecidos autobuses realizaban el transporte urbano en grandes ciudades europeas como París o el propio Londres, y eran en consecuencia todo un signo de modernidad. Podían alcanzar los 20 km/h, aunque con grave riesgo de ser detenidos por las autoridades, puesto que, según hemos leído, en muchos lugares el límite de velocidad estaba fijado en los 6 km/h. Lo dicho, un meteorito.