Alumnos, profesores y familias de la comunidad educativa del colegio público Hegoalde Ikastola realizaron ayer una kalejira reivindicativa después de que el área de Seguridad Ciudadana les prohibiera utilizar la calzada para el desfile carnavalesco organizado por el centro.

En años precedentes, el Ayuntamiento daba el visto bueno a la solicitud y trasladaba a varios agentes para controlar el tráfico mientras se desarrollaba el acto, pero ahora sólo se les ha permitido circular por las aceras, lo que en el caso de la Milagrosa ha constituido un problema morrocotudo dada la estrechez que presentan la mayoría de aceras del barrio.

La razón esgrimida por el concejal delegado de Seguridad Ciudadana Javier Labairu es que no cuenta con agentes suficientes, aunque lo cierto es que ayer envió a la ikastola al mismo número de agentes que en años anteriores, solo que con una orden diferente: antes era ayudar a los colegiales a realizar su actividad; ayer fue para vigilar que se cumplía la prohibición de no salir a la calzada y que los vehículos circularan con fluidez por si se montaba algún atasco con motivo de la kalejira.

No hizo falta, porque las aproximadamente 500 personas que acudieron ayer al pasacalles del carnaval cumplieron respetuosamente la orden dada pese al evidente malestar de la comunidad educativa por la decisión del equipo de Gobierno, que se convirtió en perplejidad al comprobar que habían acudido 2 agentes motorizados. "Primero nos comunicaron que no podíamos realizar el mismo recorrido que otros años porque ocupábamos algunas calzadas. Les mandamos otra propuesta y esta semana nos comunicaron que estaba bien. La pena es que no vamos a poder recorrer las calles del barrio, apenas nos costaba media hora otros años completar el recorrido", comentó Inés López, directora de la ikastola, mientras los alumnos, unos 300, cruzaban el paso de cebra hasta la plaza ubicada entre las calles Blas de la Serna y Manuel de Falla.

El tráfico a media mañana en las calles de la Milagrosa era reducido ayer. Sandra Bengoetxea e Itziar Ocáriz, integrantes de la Apyma del centro, lamentaron que los vecinos del barrio no pudieran presenciar la kalejira por culpa de una resolución que calificaron de un "sinsentido". "En ediciones anteriores pasábamos por comercios del barrio y los vecinos podían escuchar las canciones y ver el desfile desde sus casas. En la Milagrosa no hay mucha actividad y esto animaba. Que solo nos dejaran ir por las aceras nos hizo imposible repetir y es una pena".

Dos pancartas recordando que la calle es de todos y el compromiso del centro con los actos populares abrían la kalejira, tras las cuales se colocaron los niños disfrazados con todo tipo de vestimentas y dos grupos musicales para amenizar el recorrido.

La comitiva se desplazó hasta la plaza Tomás Caballero, donde los chavales de mayor edad interpretaron unas danzas regionales. El grupo se desplazó hasta la rotonda, donde comenzaron a atravesar al mismo tiempo los distintos pasos de cebra, lo que causó alguna leve retención ante la atenta mirada de los dos agentes. El tráfico pudo continuar. Objetivo cumplido para Navarra Suma. Lo demás es secundario.