- Silvia Moreno Lasterra es una mujer rural, emprendedora, agricultora y vendedora en un comercio local. Ella y su pareja, Asier Iribarren, regentan El Puente Viejo, una pequeña empresa familiar dedicada al cultivo y a la venta directa de verdura y fruta ecológica. El negocio, asentado en Caparroso, fija sus bases en los productos naturales, cuidados y locales. Ayer participó en el primer EKOmercado de Pamplona, en la antigua Estación de Autobuses, que se celebrará el primer sábado de cada mes y en el que toman parte diferentes agricultores ecológicos.

Aunque la iniciativa del negocio fue de su pareja ella se involucró en su ejecución, dedicándose especialmente a la comercialización de los productos pero “haciendo un poco de todo” y tomando parte en todas las fases. “Da igual que tenga que ir al campo, que me toque editar la página web o coger el coche para hacer el reparto”, relata ella misma. Porque Silvia cree en su proyecto, basado en una agricultura libre de tóxicos que busca crear productos “tal y como se hacían antes, sin químicos y sin sobreprocesados”. Para ella este es el camino hacia una vida saludable. Es clara en sus convicciones y las traslada a su día a día.

“Si no queremos cargarnos el planeta hay que cuidarlo, consumir lo que nos dan la tierra y el mar, sin someterlo a muchos procesos”, detalla la emprendedora. Así lo hace ella, que combina la alimentación natural con el cuidado en el uso de plásticos, reduciéndolo “todo lo que es posible y mirando la procedencia de lo que consumimos, intentando adquirir productos producidos y elaborados lo más cerca posible.”

Silvia se mueve en un entorno tradicionalmente liderado por hombres, en el que ellos eran los encargados de trabajar la tierra y donde las mujeres no tenían cabida. Aunque ella misma reconoce que “sigue siendo un trabajo mayoritariamente de hombres” también afirma que sí hay más mujeres que antes y “reivindica que la mujer es igual de válida en este sector”. Afirma que el cambio feminista también tiene que llegar al mundo rural, “como a todos los ámbitos” porque, tal y como ella misma detalla, “hasta el gesto más pequeño ayuda a que se logre la igualdad”.

Aunque Silvia sí acude al campo para las labores de la tierra, esta no es su función principal dentro de la empresa familiar. “Yo me encargo de preparar los pedidos, comercializarlos, hacer los viajes y los repartos a los clientes”, concreta Moreno, al tiempo que especifica que también se encarga de la comunicación y de la gestión de la página web, y “minoritariamente de las labores en el campo”. Silvia apoya el movimiento que se reivindica hoy a nivel internacional, una mujer consciente de las desigualdades que existen y que clama por la igualdad. “La reivindicación feminista es necesaria siempre, en todos los espacios”, asiente Silvia Moreno.

El negocio comenzó con el trabajo de la tierra “convirtiéndola en ecológica, sin químicos” y aprendiendo del proceso hasta llegar al cultivo de productos cien por cien naturales. Ahora, la empresa quiere ir más allá y saltar a internet. “Se pueden hacer pedidos a través de la página web y nosotros los repartimos”, explica Moreno. Es el caso de Pamplona, a donde acuden tres veces por semana a depositar sus cestas de verdura y fruta ecológica en varios puntos de recogida de la ciudad para “acercar el campo de Caparroso a las y los pamplonicas”.

“Nuestros productos se cultivan en un campo que no tiene ningún producto químico, solo utilizamos materiales naturales para todos los procesos”, concluye.