- "Lo que estamos viviendo es una muerte anunciada... Y traumática porque venimos de perder la Semana Santa; el puente de mayo, la Semana del Pintxo y, ahora, los Sanfermines. Las pérdidas van a ser durísimas para la hostelería sin estas fiestas", lamentaba ayer Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra. Y es que aunque ni desde el sector hostelero ni desde el comercial se aventuran a dar cifras sobre las pérdidas totales que puede suponer la suspensión de las fiestas, un informe de la Cámara de Comercio de 2006 cifra su impacto económico en 150 millones de euros. Para los bares del Casco Viejo de Iruña la facturación esos nueve días "puede suponer hasta un 20% de la anual", explica Calvo, algo que permite a muchos sobrevivir el resto del año.

Desde el sector echan en falta "certezas" y pasos concretos respecto a la vuelta a la normalidad, aunque asumen que se trata de una decisión "totalmente lógica. Hoy en día son incompatibles con la realidad que vivimos unas fiestas en las que el roce es parte fundamental, y en algunos locales no sabemos ni cuándo se podrá abrir para respetar esas distancias mínimas", explica Calvo.

Señalaba ayer que son 180.000 personas las que trabajan en este sector en Navarra y demanda medidas por parte del Gobierno foral y el Ayuntamiento "para todos esos ERTES, asuntos fiscales, las ayudas que se van a dar, cómo se va a llevar a cabo la desescalada... La situación es crítica y dramática y se tienen que dar pasos y ayudar al sector", valora. No descarta poder celebrar las fiestas más adelante. "Es algo que me gustaría pensar. No sabemos qué va a pasar pero igual se puede hacer otro tipo de fiesta, puede haber alternativas. Espero que pronto veamos la luz, aunque está claro que no la vamos a ver igual en todos lados".

También la decisión ha sentado como un jarro de agua fría en el sector comercial, aunque ya lo veían venir. Va a ser el primer año que Mari Jose Corretge, vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, no pueda ver pasar los toros desde su comercio de la calle Estafeta. Y aún recuerda cuando los veía, de cría, en tiempos en los que el encierro comenzaba una hora antes. "Para las ventas es importante, también afecta, pero en estos momentos prima recomponerse. A todos nos genera mucha tristeza, no sé cómo vamos a poder reiniciarnos. Tenemos que ser más autosuficientes y valorar lo nuestro, lo local. Aquí tanto comerciantes como hosteleros estamos inmersos en la fiesta, y nos toca de lleno. Es triste pero estoy convencida de que aunque se suspendan los viviremos de otra manera, seguro que surge algo espontáneo, ya que al fin y al cabo la espontaneidad es el alma de los Sanfermines". Inma Elcano, coordinadora de Comerciantes de Navarra, valora que al comercio le afecta sobre todo en los días anteriores y posteriores a los Sanfermines, en lo textil. "Todavía tenemos un 65% de asociados cerrados (la entidad agrupa más de 1.800 establecimientos), no sabemos cuándo vamos a poder abrir... Venimos de una situación complicada y nos va a hacer falta ayuda", señala.