- Es uno de los comercios más antiguos de la Txantrea, Irucalzados, en la calle San Cristóbal, un negocio que regenta Elena Iriarte, hija de los fundadores. "Nunca habíamos visto algo tan duro, esto era impensable", señala. Ella está en cese de actividad y lo que ingresa le sirve para hacer frente a los gastos, porque en el sector del calzado se trabaja con pedidos a varios meses vista. "Tuve suerte y solo he recibido el 30% de género y aún y todo tengo todo acumulado por ahí", explica. Porque han pasado dos meses "sin facturar, lo que para un comercio de barrio es muy duro. Tienes una base, pero ese colchón se acaba. Menos mal que los proveedores me han pospuesto los pagos a junio", dice Elena Iriarte. Trabaja la zapatilla y el zapato cómodo para gente mayor, su clientela de toda la vida y a la que no le importa subir a casa a probar. "Este es un barrio obrero y la gente no va a poder permitirse gastar mucho". Y eso que en la Txantrea los vecinos "se vuelcan con su comercio, son muy fieles". / Foto: