- Como fichas de dominó. La ristra de edificaciones encadenados que componían el viejo colegio de Salesianos empezaron a caer ayer a golpe de retroexcavadora dejando al descubierto el interior del extenso solar en su frente por la calle Media Luna. A lo largo del último mes la empresa TEX se ha encargado de limpiar los edificios y extraer todo el material, un trabajo "costoso y menos visual", reconocía ayer el jefe de obra David Gorricho. Se entró derribando el muro del patio y se ha eliminado el 75% del amianto de la techumbre, tareas que continuarán la próxima semana una vez que deje de llover. Ayer comenzó el derribo exterior del inmueble en la esquina entre Media Luna y San Fermín lo que supuso el corte de ambas calles durante veinte minutos a partir de las dos del mediodía. Los trabajados de demolición continuarán hasta finales de mes. "Calculamos que en dos o tres semanas estará terminado", remarca David.

"Una vez limpio el edificio solo quedan los forjados y pilares, lo que es la estructura. Después de demoler la esquina se encaran el resto de edificaciones y se va mordiendo conforme se va derribando, iremos barriendo hacia la calle Leyre en el sentido de las agujas del reloj. En pocos días se verá el avance. Cada día se verá un trozo", señala.

La parte más complicada de esta operación será el derribo del campanario de la iglesia debido a su altura y por ser colindante con la calle Aralar. "El resto de edificaciones son sencillas", remarca. Un equipo de quince personas se encarga de maniobrar y supervisar las tareas que se apoyan en dos impactantes retroexcavadora (una de 520 y otra de 350), una pala cargadora y un camión pluma que utiliza una pantalla de caucho para evitar que cualquier escombro salte al exterior. "Es de goma de manera que si cae una piedra, la retiene", subraya.

El sistema de derribo de fuera hacia adentro permite ir "partiendo" a través de la retroexcavadora la estructura principal, las vigas de cada edificio de modo que el edificio va cayendo hacia dentro lo que ofrece mayores garantías. "La estructura se corta desde fuera y es la manera de trabajar con mayor seguridad. Hasta el momento todo ha ido bien", remarca. Los derribos van aportando material que permite crear rampas para que la retroexcavadora suba de nivel.