- La cancelación de las fiestas de San Fermín de este año dejó ayer una Iruña vacía, pero solo por la mañana. Este 6 de julio la calle Jarauta estuvo prácticamente deshabitada, desierta. En el caso de Navarrería el aforo fue creciendo de manera ascendente con el paso de las horas. Por otro lado, en San Nicolás la afluencia se mantuvo en la misma línea durante todo el día. Pocas cuadrillas fueron las que se animaron a echar un pote y salir a almorzar con los amigos antes del Chupinazo.

En las entradas a las tres calles, antes del cohete, hubo controles policiales de acceso y salida y a su vez se fueron contabilizando estas personas. Para poder acceder todo el mundo debía llevar mascarilla obligatoriamente.

Asimismo, la ciudadanía fue responsable, y aunque saben que no hay fiestas, tuvieron que divertirse un poco, eso sí, de manera moderada y manteniendo la distancia de seguridad, al menos así fue hasta que llegó la tarde en Navarrería, donde los empleados municipales limpiaron las calles con mangueras por la presencia de muchos sanfermineros al rededor de los bares.

Ayer cuando estaban a punto de tirar el 'no Chupinazo' las cuadrillas que almorzaron en las terrazas de los bares confirmaron que "es como si fuera un sábado, hay incluso menos gente, pero lo principal es que no se desmadre, que se celebre desde el respeto", manifestó el joven Luis Irisarri mientras disfrutaba de un pintxo en Navarrería antes de las 12.00 horas.

El mismo lugar cambió a lo largo de la tarde, gente y más gente comenzó a llegar y reunirse al rededor de la famosa fuente de la plaza. Sobre las 16.00 horas hubo una multitud mayor y se tiraron varios petardos en conmemoración de las fiestas. En un momento la Policía tuvo que cerrar el acceso a la calle por exceso de aforo. Asimismo, se tuvo que trasladar a una persona por cortes de botella para que recibiera asistencia sanitaria. Conforme los bares bajaron sus persianas para descansar, como fue el caso de La Mejillonera, la situación se fue calmando.

Hasta ese momento los incondicionales de San Fermín alegaron que "hay más fotógrafos, prensa y policía que gente de fiesta", confesó un vecino de la zona.

La mayoría de los asistentes fueron jóvenes y adultos de mediana edad, algunos vestidos de blanco y rojo, otros solo con el pañuelo, pero la mayoría vestidos como si hubiera sido un día cualquiera. "No quiero llevar ni pañuelo ni nada que me da mucha nostalgia", expresó Aritz Gallardo, un joven que estaba tomando una caña en Navarrería.

El entorno de las fiestas de este año no ha sido como el de otros, faltaba algo, era diferente. Aunque a lo largo del día el ambiente fue cambiando en el caso de la calle de Navarrería, parecía como si todo el mundo hubiera sido consciente de que este año no habrá festejos. "Pamplona tiene que dar ejemplo y se tiene que notar que hemos aprendido algo, sino ¿de qué sirve todo esto?", declaró Fredy Sánchez, residente del Casco Viejo.

Todos los bares de la calle Jarauta permanecieron cerrados durante el día. El único establecimiento que se decidió a dar almuerzos a puerta cerrada fue La Viña. "De normal solemos dar 120 almuerzos y hoy hemos dado 40, cerraremos y a casa", explicó Rober, el responsable de La Viña.

La calle de San Nicolás se quedó a medio gas. Una vez se dio el 'no Chupinazo' los pamploneses y pamplonesas se dejaron caer por los bares. Estos cumplieron con la sugerencia del Ayuntamiento de no poner música tradicional, pero fue imposible silenciar a los vecinos, quienes se atrevieron a poner música desde sus balcones y animar la 'no fiesta'.

La mayoría de las personas coincidieron en que "estamos celebrando desde la cordura este día 6 tan importante", comentó Aritz Ena, un vecino de Pamplona. De igual manera la ciudadanía se mostró muy afable a las medidas de seguridad establecidas por la Policía. "Todos queremos salir de fiesta, pero hay que ponerle una segunda barrera al cerebro, y para eso están los controles policiales", admitió uno de los presentes.

San Fermín significa más que una fiesta para los asistentes, para los navarros es una tradición que "no se pierde, aunque estemos en Amsterdam o Dubai o Noruega, da igual en qué lugar estés o si hay una pandemia, va a seguir siendo 6 de julio y yo me visto de blanco y rojo. Estas fechas son para celebrarlas", confesó Fredy Sánchez.

A pesar de que por la tarde la calle de Navarrería tuvo más afluencia, por la mañana los presentes apuntaron que "es un lunes y este año al no haber fiesta las empresas no cierran, por lo que mucha gente trabaja. Nosotros solemos ser 12 y hoy hemos estado 2", apuntó Xabier después de almorzar en la calle Jarauta. Las personas que decidieron asistir se congregaron en mayor medida en la Plaza Consistorial, "pensábamos que iba a haber más gente", comentaron los jóvenes de una cuadrilla, que iba a salir de fiesta por San Nicolás, con franqueza.

"Pamplona tiene que dar ejemplo y se tiene que notar que hemos aprendido algo, sino ¿de qué sirve todo esto?"

Residente del Casco Viejo

"Es como si fuera un sábado, hay incluso menos gente, pero lo principal es que no se desmadre "

Jóven en Navarrería