- Los elizondarras Fernando Gorostidi y Jagoba Zubikoa quizás tengan muchas cosas en común, entre ellas una gran amistad, pero lo que les une por encima de todo es el arte que corre por las venas de ambos. Los que los conocen saben de lo que son capaces de crear, y los que todavía no tienen el gusto, tienen una gran oportunidad de conocer más de cerca sus creaciones, a través de la exposición conjunta que han montado en la antigua tienda de Muebles Pérez, en la calle Jaime Urrutia de Elizondo.

No es un lugar conocido en cuanto a exposiciones artísticas se refiere, porque es la primera vez que el local acoge una exposición de este tipo, aunque los conocedores del lugar estarán de acuerdo en afirmar que la misma tienda tenía su encanto, con toda la variedad de productos que se podía encontrar en la misma, hasta que la cerraron hace escasamente dos años. El local ha cambiado mucho desde entonces, gracias al gran trabajo de acondicionamiento realizado por Gorostidi, creando un espacio muy luminoso y acogedor, perfecto para abarcar la exposición doble, con cuadros y esculturas que se fusionan en un ambiente en el que se respira arte, serenidad y emociones de todo tipo, gracias a la variedad de creaciones tanto de uno como del otro. Hace tiempo que habían pensado en preparar esta exposición pero el estado de alarma y el confinamiento truncó sus deseos. Tras la desescalada tuvieron dudas, pero al final se animaron a preparar la exposición, y se muestran muy contentos por ello.

Zubikoa lleva, relativamente, pocos años dedicado a la escultura, aunque los últimos años es habitual poder disfrutar de sus exposiciones, aunque reconoce que por diferentes motivos esta vez ha andado "con prisas", y no haya mostrado todas las obras que le hubiera gustado. De todas formas, está feliz con el resultado, y el hecho de abrir la exposición, porque eso le da fuerza y le aporta "un chute de ganas" para seguir trabajando de cara al futuro, un futuro cercano que ya tiene muy bien encaminado, programado, con todas las ideas que tiene en mente y el material recogido, dispuesto a dejarse hacer por el artista. De hecho, ya está pensando en la próxima exposición, que espera tener lista dentro de unos meses.

Trabaja la madera, siempre madera de árboles caídos que se encuentra aquí y allí. La recicla y a partir de sus ideas, les da una nueva vida. Dependiendo de su forma o tamaño, tras mirarlos y analizarlos, su mente se pone en marcha y enseguida ve en la madera lo que quiere crear, la escultura que tras trabajar la madera, en la que se convertirá el árbol o tronco encontrado. Le encanta moldear sus esculturas, se nota en la manera de hablar de su trabajo, de la pasión con la que explica su modus operandi. Pero más allá de la pasión la escultura es para él "una manera de sacar lo que siento dentro, de hablar a través de la escultura". En este sentido, se puede ver sentir claramente sus pensamientos en muchas esculturas expuestas, como Ablación, o La Manada.

El caso de Gorostidi es un poco diferente. Lleva más de 40 años pintando, pero el hecho de volver a mostrar sus cuadros en una exposición tras casi 16 años sin hacerlo también ha sido especial, "son muchos años sin exponer, y ha sido un paso muy importante", que también le está llenando, y le anima a seguir creando, muestra de ello el lienzo tiene en una esquina del local, trabajo comenzado tras la apertura de la exposición, y que es la continuación de otro lienzo pintado hace años. En la exposición se pueden admirar cuadros de diferentes estilos, técnicas y también tamaño. Se puede decir que es una muestra de cuadros creados los últimos 28 años. A través de ellos se pueden apreciar las diferentes técnicas implementadas por Gorostidi, desde monotipos o cuadros con relieve utilizando arena, hasta sus últimas creaciones de collage, unos cuadros con mucho colorido, quizás menos conocido hasta ahora en su dilatada trayectoria, novedad que ha causado una gran impresión entre los visitantes a la exposición.

"Estoy muy contento por volver a montar una exposición tras 16 años sin hacerlo"

Pintor