El Ayuntamiento de Pamplona inició ayer los trabajos para revertir el proyecto de amabilización en la calle Amaya, que volverá a contar con dos carriles para vehículos pero sin habilitar un carril específico para el transporte urbano como había reclamado la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) ante los retrasos que se estaban generando en las villavesas.

Las obras han comenzado con un rebaje de aceras en el margen derecho de la calle, en el tramo entre el cruce con calle Arrieta y el cruce con la avenida Baja Navarra, donde desaparecerá la zona peatonal que se había ganado con la amabilización.

No se actuará sobre la parte izquierda en ese tramo, donde se mantiene la zona peatonal ganada al aparcamiento y en la que se han instalado nuevas terrazas de hostelería. En la intervención se aprovechará para actuar sobre tres pasos peatonales que se habilitaron antes del verano, mejorando su accesibilidad e incrementando las protecciones, tanto en el tramo de calle Amaya adyacente a la avenida Roncesvalles, como en el margen izquierdo de esta calle, una vez pasado el cruce con calle Arrieta.

Las obras estarán acabadas a final de semana y no van a requerir, según el Ayuntamiento, realizar cortes de tráfico, salvo algún desvío puntual, que en su caso se realizaría por la calle Olite.

La decisión de revertir la peatonalización de la calle Amaya supone una nueva vulneración de los acuerdos de la mayoría municipal, que en repetidas ocasiones había solicitado que se atendiera la recomendación de la MCP para habilitar un carril exclusivo para taxis y villavesas.

También pone de manifiesto que el Ayuntamiento no tiene intención de iniciar el corredor sostenible del Labrit, ya que su conexión con el centro necesitaría un carril bici que Navarra Suma no contempla en la calle Amaya.

Desde que el Ayuntamiento decidió el 2 de junio -sin consultar previamente con los grupos- la semipeatonalización de la calle Amaya, el plan ha ido de problema en problema. Diez días después de anunciar que se pasaba de dos carriles a uno -por donde sólo podrían circular villavesas y taxis- el equipo de Gobierno cambió de opinión y autorizó el tránsito de toda clase de vehículos por el único vial existente en ese momento.

El resultado fueron colapsos circulatorios y atascos en varios tramos del día, con especial afección al transporte de viajeros, que sufrió retrasos superiores a los 4 minutos en varias líneas. Navarra Suma decidió entonces volver a cambiar, aunque sin tener clara la forma de hacerlo, como lo demuestra el tiempo que ha necesitado para tomar una decisión -volver a la situación previa a la peatonalización de la calle Amaya- contraria a la opinión de la mayoría municipal y de la MCP.