El pamplonés Pedro Romeo Lizarraga inscribió el sábado una instancia en la Oficina del Registro Civil en la que solicita que "el Ayuntamiento de Pamplona, en defensa del patrimonio de esta ciudad, y ante la posibilidad de que un elemento de ese patrimonio pueda perderse para siempre, exija de la propiedad de Villa Adriana la demostración de que tiene título habilitante suficiente para la pacífica posesión del arco de piedra que perteneció al edificio barroco del ayuntamiento de la ciudad de Pamplona, que hoy se encuentra en la Carretera de Sarriguren y es entrada a la citada Villa Adriana". Además, insta al Consistorio a que "ponga todos los medios necesarios para recuperar el arco de piedra" y una vez recuperado "se ponga en la entrada posterior al edificio del Ayuntamiento, en la Plaza de Santiago, adosado, por el exterior, a la actual entrada".

De pequeño, Pedro vio una puerta de piedra y un grabado en ella en el que se leía que era una de las antiguas puertas barrocas del Ayuntamiento de Pamplona. "Se me quedó en la mente, pero nunca recordé dónde la había visto", comenta. De vez en cuando, ese recuerdo de la niñez se volvía a hacer presente.

Hace cuatro años, tuvo que ir a la Clínica San Miguel por una operación: "El tema de la puerta me vino otra vez a la cabeza. Al salir de la clínica me recorrí las callejuelas de Beloso pero nada, no la encontré", señala. Sin embargo, hace tres meses tuvo que volver a San Miguel y de repente vio la puerta. "Ahí estaba, por fin la encontré", relata.

A partir de ahí, comenzó una ardua investigación para verificar que esa puerta era la del Ayuntamiento, que no se derribó como estaba previsto... En sus indagaciones, no ha encontrado ningún documento que explique de qué manera esa puerta se convirtió en una de las entradas de la mansión.