Tuvo que madurar muy pronto, antes que por genética, casi por obligación. Pero asegura que no se arrepiente de nada de lo que ha vivido "porque, si no, no sería quien soy ahora. No sería Dori, solo una versión diferente de mí misma", asegura. La nueva Miss Navarra, vecina de Orkoien de 21 años, aboga por abolir las etiquetas y asegura que cada persona puede crear, y ser, su propio estereotipo. Ella es natural, no fuerza nada, aunque asume que nunca ha sido "políticamente correcta": nació varón y siempre se ha sentido mujer, tenía muy claro quién quería ser. Y ha hecho de su experiencia una coraza infalible con la que espera ayudar a otras personas que, quizás, estén pasando por lo que pasó ella. Sus miedos, sus traumas. Y su superación. "Lo vives tan intensamente que incluso piensas que no eres normal, los niños y niñas tienen que crecer sabiendo que ser trans sí lo es. Yo tuve la suerte de tener unos padres que nunca me dijeron que no jugara con muñecas".

La agencia de modelos de la que forma parte desde hace cinco años, Dejavu Models, se ha convertido hoy en epicentro de la peluquería con profesionales de la talla de Edurne Senosiáin en un curso de formación especializado en color para el que contaron con Dori Rodríguez, que asegura que siente predilección por la moda porque le permite transmitir su personalidad, lo que lleva dentro. Es "como un lienzo en blanco. Y hoy en día hay mucha inclusión, hay una diversidad increíble porque no hay reglas. Es un mundo en el que puedes ser quien te propongas", señala.

La peluquera Edurne Senosiáin junto a la modelo Dori Rodríguez en el evento que ha tenido lugar este lunes

Desde pequeña le gustaba maquillarse, peinarse, "me dejaba el pelo largo y me ponía ropa que llamaba la atención". Ahora quiere aportar su granito de arena en el mundillo, "darle personalidad, poner mi toque. Lo que soy yo". Pero, sobre todo, formar parte del cambio: "Muchas veces pensamos que las chicas tienen que ser muy delgadas, altas, esbeltas. Pero no todos los estereotipos que nos han marcado tienen porqué ser los correctos, y las etiquetas hacen mucho daño. No tendría que ser necesario dar explicaciones -por ejemplo, cuando vas a una entrevista de trabajo- sobre tu condición sexual porque es algo que no va a afectar a tu rendimiento. Ni cuando conoces a alguien tener que explicar si eres gay, lesbiana, transgénero, pansesuxal o lo que sea. Eso es algo muy personal y realmente no es relevante, nada es blanco o negro. Hay que ir siempre hacia adelante, no quedarnos estancados en lo que hemos vivido. Si no, no llegaríamos a ninguna parte como raza humana"

Los jóvenes, dice, "tenemos que ser valientes, no debemos tener miedo porque el miedo no te lleva a ninguna parte". A ella le congeló durante un tiempo, y confiesa que le costó dar el paso. "No he tenido una infancia con muchos recuerdos bonitos, lo pasé muy mal porque no hay tolerancia, no hay educación para este tipo de temas. Hay que diversificar más la educación en ese sentido y dar más visibilidad para que las familias no sexualicen a los niños, y no pensar siempre que los niños son niños. Los niños tienen que jugar, no hay que preocuparse sin van a ser gays o lesbianas, que sean lo que quieran ser y que sean felices. Pero sobre todo que sean fieles a ellos mismos, a lo que sientan, y que no se queden con el miedo de dar ese paso", valora.

Ser fiel a sus valores

Fue su familia la que le ayudó a avanzar, la que le apoyó desde el primer momento. "No sabía lo que me pasaba y no quería dar el paso porque no lo entendía. Mis padres, para la época en la que nacieron y la que han vivido, tienen una mentalidad muy abierta y tuve la suerte de tenerles a ellos. Cuando me preguntaron si me sentía mujer me di cuenta de que no tenía por qué ocultarlo más, de que tenía que cambiar mi vida porque no era feliz. Y ellos siempre me han inculcado que tengo que ser fiel a mis valores, lo conseguí con su ayuda", reconoce, agradecida.

Tenía 14 años entonces y se siente afortunada, también, por tener "una buena genética. Nunca he tenido rasgos muy masculinos, tengo el rostro fino, la piel sensible y la voz tampoco la tenía exageradamente masculina€ Yo he tenido suerte pero hay chicas que no la tienen y es cuando se sienten frustradas porque no pueden hacer nada más que intentar intervenirse mediante una crujía. Yo solo me he hecho una operación de pecho, al natural soy así. No me tuvieron que dar bloqueadores para parar mi desarrollo, solo hormonas". Le parece injusto, eso sí, que la ley obligue a las personas que quieren cambiar de género "a estar un año, en función del proceso, en observación psicológica. En mi caso para certificar que yo realmente era una mujer. Es duro, te frustras porque estás cabreada, quieres verte bien, quieres avanzar y no puedes. Tendríamos que tener derecho a tener decisiones propias sin tener que esperar a que una persona nos diga si podemos hacerlo o no. Yo me sentí encerrada, tenía que esperar porque sí y sabía lo que quería pero no me dejaban avanzar".

Avance legislativo

Asegura que las futuras leyes trans son "un avance, es una manera de darnos respeto y de incluirnos en la sociedad. Estamos siendo respetadas en ese sentido y quieren respetarnos. Pero también siento que algunas leyes no pueden ser positivas para nosotras porque si al final queremos normalizar algo también hay que empezar a no poner etiquetas de trans. Hay que normalizar, no visibilizar. Aunque es un paso muy importante, hace 20 años casi sería impensable. Espero que llegue un momento en el que no tengamos que darle explicaciones a nadie".

En Pamplona se siente "como en un limbo", porque es una ciudad "pequeña, que también puede ser cerrada. No me he sentido excluida pero tampoco integrada. En ciudades como Madrid o Barcelona, más grandes, yo creo que sí hay más avances en este tema. Aunque siento que en los barrios pequeños es donde más habría que insistir, porque es donde realmente falta educación si las familias son más cerradas. Hay que normalizarlo de manera natural, las charlas a los jóvenes les aburren. Tenemos que buscar un método con el que poder formar y conectar con el público, buscar una inclusión social sin obligaciones, también desde las familias".

Hace cinco años que pasó a formar parte de la agencia de modelos de la calle Aoiz y ahora se la rifan en las pasarelas de Madrid. Acaba de conseguir una beca para estudiar como azafata de vuelo en Crew School, en Sevilla, aunque de momento tiene los ojos puestos en el concurso Miss España que se celebrará del 11 al 17 de mayo en Canarias. Sobre su lienzo en blanco, Dori Rodríguez ha pintado constancia. Lucha, ambición. "También soy una persona transparente y empática. Hay situaciones que un niño o un adolescente no tendría por qué vivir, menos por algo que está en su vida y no en la de los demás. Un niño tiene que ser un niño y no tiene que preocuparse por un canon de belleza, por verse mujer ni hombre. Tiene que disfrutar su niñez y vivirla al máximo".

Valora que ahora es "buen momento" para tratar los temas de género y sexualidad, "porque ahora la gente quiere escuchar más este tipo de testimonios. Yo siento que muchas personas se han dado cuenta de que la discriminación que había hasta ahora era absurda, que no cabía. Cada persona marca su futuro, hay que evolucionar, seguir y convertirse en alguien que aporte algo al mundo".