El que fuera durante 25 años, hasta 2017, el patriarca de los gitanos del Casco Viejo, José María Muñoz Berrio, el 'Tío José Mari', falleció el martes a los 78 años de edad, dejando un gran hueco entre sus familiares y amigos y en la comunidad gitana en general.

José María Muñoz había nacido en la localidad de Pueyo el 10 de marzo de 1943. Era el mayor de 11 hermanos y vivió en la Txantrea para luego trasladarse a la calle Jarauta, con su mujer Antonia Berrio Castillejo. Tuvieron 6 hijos y él mismo, en declaraciones a este periódico hace unos años, mostraba su orgullo por sus 77 nietos y bisnietos. Muñoz Berrio fue entonces, y durante un cuarto de siglo, el patriarca de los gitanos en unos años (los 80 y 90) en los que en Jarauta, la calle "gitana por excelencia", "llegamos a ser alrededor de 400", unas 30 o 40 familias de gitanos, mientras ahora "quedamos solo cinco o seis, porque los jóvenes se van a vivir a otros barrios de la ciudad", decía.

En 2019 la presidenta del Gobierno de Navarra entonces, Uxue Barkos, le hizo entrega de una insignia de Navarra por su especial implicación en el reconocimiento e integración social de la comunidad gitana de Navarra, integrada por unas 8.000 personas.

Las redes se han llenado en las últimas horas de muestras de condolencia con la familia. Ayer, Juan Muñoz, de Casa Sabicas, recordaba en su perfil de Facebook cómo su abuelo José Mari fue conocido como "el hombre de la paz, porque cuando había problemas él siempre estaba ahí para arreglarlos". También la Federación de Asociaciones Gitanas Gaz Kalo recordó que el Tío José Mari ha sido "un hombre de paz y respeto".