Unos 2.300 vecinos de San Jorge viven con menos de 640 euros al mes y alrededor de 3.600 residentes no alcanzan los 960 mensuales. Estos inquietantes datos se desprenden del V Informe sobre pobreza y desigualdad en Navarra, en el que, con datos de 2019, San Jorge supera a EtxabakoitzEtxabakoitz como el barrio de Pamplona con mayor exclusión social. Según el informe elaborado por el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, San Jorge presenta una tasa de riesgo de pobreza del 32% y un 18,6% de sus vecinos se encuentran en situación de pobreza severa.

La situación que padece parte del barrio pamplonés -también la sufren otros como Etxabakoitz, Buztintxuri o Milagrosa- difiere de la realidad que presenta Navarra a nivel globalNavarra , ya que según el reciente informe es la comunidad del Estado con menor riesgo de pobreza por segundo año consecutivo. El estudio, que se basa en la tasa AROPE, un indicador de referencia empleado por la Unión Europea, también coloca a Navarra en el décimo puesto de las regiones europeas con menor índice de exclusión social.

Pero, ¿qué suponen estos dos terminos tan abstractos? ¿Y qué diferencia hay entre el riesgo de pobreza y la pobreza severa? El informe lo cuantifica a través de la Estadística de Renta de la Población en Navarra (ERPN), que mide cuántas personas tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población.

En 2019, la ERPN fijó el umbral -su valor depende de cómo se distribuye la renta- de riesgo de pobreza en la Comunidad Foral en 11.528 euros anuales, 960 mensuales. Y en el caso de la severa, en 7.685 euros al año, 640 mensuales.

Por lo tanto, atendiendo a los datos del Gobierno de Navarra, de los 12.373 empadronados en San Jorge, el 32%, unos 3.600 vecinos, disponen de menos de 960 euros al mes y 2.300 residentes, el 18,6%, viven con menos de 640 mensuales.

"VIENE DE LEJOS" La Unidad de Barrio de San Jorge, Ángel Larrea, miembro de la PAH y de la asociación de vecinos, Alberto Aristi, de la asociación de comerciantes, y Alberto Jáuregui, que forma parte de la asociación Umetxea Sanduzelai; conocen de primera mano la realidad social de San Jorge.

Los cuatro agentes destacan que la pandemia ha agravado las desigualdades económicas y sociales en el barrio, pero defienden que la problemática "viene de lejos" : "La pandemia ha golpeado a los más desfavorecidos y las desigualdades se han agrandado, pero el incremento no ha sido exponencial", señala Ángel Larrea. "La situación de pobreza se mantiene. Es una pobreza sujetada porque las necesidades básicas están cubiertas gracias a ayudas como la renta garantizada. En San Jorge no se pasa hambre", señala Jaúregui.

Además, recuerdan que en 2019 el barrio acogió a una gran población subsahariana que vivió temporalmente en viviendas antiguas antes de migrar de nuevo a países como Inglaterra y Países Bajos. "La estadística cambió en profundidad, aunque actualmente los niveles de pobreza seguirían siendo altos", reconoce Aristi.

LA VIVIENDA Los tres vecinos coinciden en que el problema de la pobreza en el barrio se debe fundamentalmente a la "nefasta política" de vivienda. "No hay casi viviendas de protección oficial y la social escasea. En la parte vieja hay una alta concentración de casas privadas y antiguas -construidas en la década de los 60- que se han puesto en alquiler -a un precio más asequible- y las personas con menos recursos acuden a ellas", describe Jauregi.

"La pobreza se debe sobre todo a la nefasta política en materia de vivienda". Alberto Jauregui, Asociación Umetxea

¿Pero a qué se debe este traslado? Según Larrea, la causa son los "desorbitados" precios del alquiler, que en algunos casos, sostiene, han subido "escandalosamente" de los 450-500 euros mensuales a los 750 e incluso 800. "Eran viviendas de protección oficial. Los fondos buitres las compraron cuando se descalificaron y las pusieron a este precio en el mercado libre", se queja. "Las familias más humildes no pueden pagar y los deshaucios de alquiler están subiendo considerablemente", alerta. "Incluso el mantenimiento del alquiler de habitaciones es complejo para algunas personas", subraya la Unidad de Barrio.

Como consecuencia, las familias del barrio con menos recursos "y de todo el entorno de la Comarca", se han trasladado a estas viviendas antiguas. "Como no les queda otra, acaban recurriendo a estos pisos, que en muchos casos son los que en peor estado están. Muchos de ellos no tienen ni ascensor", subraya.

Para revertir esta situación, apuestan por limitar "los precios abusivos que imponen los fondos buitres", incrementar el índice de vivienda de alquiler social, crear un mayor parque de vivienda pública, que las viviendas vacías se puedan poner en alquiler.

A pesar de la compleja realidad, desde la Unidad de Barrio defienden que en San Jorge "existe una amplia red comunitaria y vecinal que es capaz de actuar, apoyar y dinamizar acciones de ayuda en momentos de mayor crisis como ha ocurrido en la pandemia".