En la planta baja del ala diestra del centro comunitario de la Txantrea, lo que antes fue el colegio de las salesianas, abre cada martes y jueves puntualmente el ropero solidario María Auxiliadora. En tres turnos semanales (martes de 11 a 13 y de 16 a 18 horas; y jueves de 16 a 18 horas) las voluntarias se encargan de recibir las donaciones de prendas, clasificarlas, almacenarlas y ponerlas a la venta.

"Todas las prendas tienen un precio simbólico de un euro", ha expresado Mari Carmen San Juan, junto a sus compañeras Loli Esparza, Sagrario Fernández, Rosario Barrena e Inerva Osorio, algunas de la quincena de voluntarias del ropero.

La mayoría de estas mujeres acumula ya 15 años consecutivos de trabajo altruista en la Txantrea que es también una red de apoyo social para el barrio. "No podemos regalar las prendas, pero si les ponemos un precio simbólico es diferente, aunque sea un esfuerzo para las familias", han comentado este martes las voluntarias, mientras atendían a la última persona de la mañana. Por norma general, todas las prendas tienen el mismo precio establecido, salvo alguna excepción, como la ropa infantil que se venden dos prendas a cambio de un euro.

"Aquí recogemos ropa de todo el que quiera, hay mucho antiguo alumno que aporta, y luego nosotras también donamos a la parroquia lo que necesitan", ha comentado San Juan.

Empezado el mes de febrero, el trabajo de la venta se lleva a la par con la clasificación, en una sala almacén, de prendas para la primavera y el verano. "Trabajamos en tres turnos diferentes, por la tarde vendrán otras mujeres, pero algunas de nosotras repetimos", ha detallado Mari Carmen San Juan, sobre un trabajo voluntario se suma al que realizan a diario los 25 colectivos vecinales que tienen la sede en el centro comunitario.

Visita de la Comisión de Asuntos Ciudadanos

De este trabajo han sido testigos este martes los representantes municipales que se han acercado a conocer de primera mano las actuaciones que se han realizado durante el último año en el centro comunitario de la Txantrea.

La principal actuación en el centro es la creación de un espacio de almacenamiento en el patio junto a la iglesia. "Es una demanda de la Cabalgata del barrio de hace mucho tiempo" ha expresado María Caballero, concejala de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Deporte, al inicio de la visita. En el almacén, donde se han invertido 31.000€, se guardan los materiales como las carrozas que componen la cabalgata. En esta actuación, ha añadido Caballero, se buscaba una construcción "que en un momento dado se pueda quitar".

El resto de la visita por el interior del edificio ha sido conducida por la técnica comunitaria María Díaz de Rada. En colaboración del personal del Programa de Empleo Social del Ayuntamiento de Pamplona se han pintado de las salas de la planta baja, primera y pasillos, y mejora de carpinterías. También se han colocado vinilos en los cristales de separación de salas para preservar la intimidad de los grupos durante el desarrollo de las actividades.

Algunas de las salas también se han remodelado para atender a la demanda de los colectivos, como una sala que permita actividades en movimiento como el baile y la reforma las habitaciones que ocuparon las monjas en la primera planta, que ahora se emplean como salas de usos múltiples, como para clases de castellano para adultos que imparte en la Txantrea el centro José María Iribarren.

Otros espacios que han tenido mejoras han sido una sala habilitada con material para proyectar audiovisuales, o el salón de actos con capacidad de 250 butacas, donde ahora se trabaja en la adecuación del espacio escénico y en los camerinos, también siguiendo las demandas de los colectivos que los utilizan.

Papel de civivox

Desde hace tiempo una demanda vecinal pide que la Txantrea tenga un Civivox, al igual que la mayoría de barrios de Pamplona. Caballero ha expresado que, aunque lo llevaban "en el programa electoral, la falta de fondos y de parcelas de grandes dimensiones disponibles en el barrio", hacen complicado que pueda materializarse a corto plazo.

"Es complicado que un barrio de Pamplona tenga un espacio con estas dimensiones", ha expresado Díaz de Rada, pero ha matizado que la actividad asociativa en la Txantrea hace que el edificio tenga un uso constante. "Asociaciones como Betigazte o el programa Cowordkids tienen actividades a diario. A futuro el objetivo es que se acondicione el resto del edificio", dijo Díaz de Rada. "Queda parte por reformar pero es un espacio enorme", ha concluido Caballero.