san adrián - Con motivo de las fiestas en honor a la Virgen de la Palma y a San Adrián que se celebran en el mes de septiembre, la población ribera alberga desde hace cinco años una representación medieval vinculada a la historia local. Aprovechando que las calles y balcones están ambientadas, el grupo de teatro 24 de julio ha logrado que esta cita, que comenzó con la participación de 15 personas, cuente ya con más de un centenar de implicados.

Se trata, de acuerdo con el director del grupo Juanjo Ezquerro, de puestas en escenas breves, de unos 20 minutos, puesto que se hacen en el Rebote y los vecinos están de pie. Este año, aprovechando el quinto aniversario de la representación, pusieron en escena las dos historias que tienen montadas hasta ahora, una por la mañana, que es la que se representó los dos primeros años, y otra por la tarde, la de los dos últimos. Además, y de cara al año que viene, aunque Ezquerro no quiere desvelar nada, asegura que tiene en mente innovar con alguna otra historia emblemática de San Adrián.

Precisamente Ezquerro ha sido el encargado de reescribir y adaptar las obras. En la primera de ellas, en La donación de las Santas Reliquias, aquella en la que los adrianeses recitan en verso y castellano antiguo, se cuenta cómo “en septiembre de 1110, doña Urraca Alfonsi, de paso por estas tierras, entró a rezar a San Adrián en la ermita que existía en lo que ahora es la plaza de los Fueros. La reina tenía una dolencia visual y pidió clemencia a nuestro patrono. Oró con tanto fervor que su ceguera desapareció. Agradecida, donó al pueblo una arqueta que contenía huesos de mártires de las catacumbas de Roma. El pueblo, agradecido, instauró las fiestas en honor a las Santas Reliquias, que, aún hoy, seguimos celebrando la última semana de julio”.

La segunda de las historias a la que Ezquerro ha dado forma es la de La ermita de San Adrián. “En agosto de 1084, García Ordóñez, conde de Nájera, y su esposa Urraca Garcés, señora de Alberite, pasaron por estas tierras de camino a la corte. Pamplona había sido destruida por Abderramán III, por lo que la capital del reino era ahora Nájera. Encontraron la antigua ermita de Almunicer (nombre del poblado que dio origen a San Adrián) muy abandonada, por lo que donaron muchas tierras de los alrededores al abad Garsseano para que pudiera seguir manteniendo la ermita y adorando a nuestro patrono”, narraba. En la actualidad, insistía Ezquerro, “contamos con los documentos de donación de estas tierras que se custodian junto a las Santas Reliquias”.

Unas 125 personas participaron en la representación que poco a poco se está convirtiendo en una cita ineludible para muchos vecinos. Allí estuvieron la asociación de Mujeres Adrianesas y Viceversa, la asociación de Jubilados, Viudas y Pensionistas, la asociación Club Arco Ribera, el Orfeón Adrianés, que debutó este año, ‘Los infantes de la villa’, que no son sino un grupo de casi 20 niños y niñas que colaboran y bailan en el espectáculo, la agrupación Banda de Tambores del Paso Viviente de Calahorra y Rebote FM.

“Es muy complicado organizar a tantas personas, pero al final, tras preparar los bailes con los niños y niñas, y con el ensayo general, todo sale bien, y es algo que, a pesar del gran trabajo que es, compensa porque me gusta”, aseguraba el artífice de esta puesta en escena al tiempo que recordaba, además, que el año que viene el grupo de teatro cumplirá 10 años sobre los escenarios.

protagonistas Los personajes varían en función de la historia y, en este caso, los integrantes del grupo de teatro adrianés llevan la voz cantante; por ejemplo Juanjo, en el caso la Las Santas Reliquias interpreta al abad del monasterio, y en el la puesta de largo de la ermita ejerce de Conde de Nájera. Por su parte, Elena Martínez-Peña interpreta a Urraca Alfonsi y a Urraca Garcés (señora de Alberite).

También tienen un papel muy destacado Iñigo Muro, que se mete en la piel de un monje en un caso, y en la de Fernando Garcés, hijo de los condes, en el otro, así como Luis Mari Pórtoles, que interpreta a un monje y a Garsseano de Almunicer, el abad.

gran implicación El decorado lo compró el grupo de teatro hace años y, después, exponía Juanjo, el vestuario se ha ido reutilizando el que se adquirió hace mucho tiempo para una gran representación que organizaron en el municipio el Ayuntamiento y la asociación Amigos de la Historia de San Adrián, ente del que Ezquerro también es presidente. Los niños y niñas, eso sí, llevan sus trajes y, además, se van mejorando aquellos aspectos que lo requieren

A pesar de que la puesta en escena se repite, “la gente sigue yendo y es algo bueno porque les hacemos partícipes de nuestra historia. Siempre habrá vecinos que lo sepan pero seguro que a muchos otros se les queda algo después de la representación, sobre todo a los más pequeños”.

La participación no está cerrada y de hecho Juanjo animaba a todos los vecinos que quieran a participar, tanto durante la representación como en el desfile a apuntarse: “Cuanta más gente, mejor”.

Este grupo de teatro surgió de la mano de un curso que se organizó en el municipio hace una década y, “dado que vimos que en otros pueblos había y aquí no y teníamos cierto interés, nos consolidamos”. Aunque ahora apenas están 4 ó 5 miembros de continuo, lo cierto es que el grupo local llegó a estar sobre los escenarios en más de una decena de localidades de la zona y la idea, destacaba su director, “es seguir al pie del cañón”.