Taupada, la asociación de reciente creación en Sesma, celebró este fin de semana en el cementerio un acto de reconocimiento y recuerdo a las personas del municipio que durante la Guerra Civil y la dictadura franquista fueron represaliadas y asesinadas por defender valores de democracia, justicia social e igualdad. Decenas de personas participaron en esta primera cita con la memoria.

David Mangado fue el encargado de leer un discurso en el que aseguró que “los nombres y vivencias de estas personas merecen ser parte del imaginario y de la cultura popular de nuestros pueblos. Porque un pueblo que olvida, un pueblo sin memoria, está condenado a repetir los errores”.

Tras el golpe de estado, leyó Mangado, llegaron las primeras detenciones y explicó que a algunos vecinos se los llevaron a un cuartelillo que habían instalado en la cochera de un concejal y a otros al almacén del sindicato de esparteros o al calabozo. “La noche del 3 de septiembre se llevaron maniatados a cuatro sesmeros considerados especialmente significados entre las izquierdas del pueblo: Lázaro Arciniega, Alipio Goicoa, Julián Gervasio y Miguel Soto. Los cuatro fueron asesinados esa misma noche cerca de la carretera entre Lorca y Cirauqui y de allí fueron rescatados sus cuerpos en 1979 por iniciativa de algunos familiares”.

También nombró, entre otros, a Pedro Díaz, Víctor Otiñano, José Pozuelo, Dionisio Zábal, los hermanos Aquilino, Hilario y Félix Martínez, Luis Campo, Esteban Etayo y Manuel Díaz así como a quienes murieron en el pelotón de fusilamiento: Daniel Martínez, Victoriano Goicoa y los hermanos Juanito y Francisco Gurrea.

Este encuentro sirvió, además, para recordar a las mujeres a las que humillaron y vejaron. “Queremos hacer una mención y reconocimiento especial a todas esas mujeres que, tras el desastre vital que les trajo el franquismo, supieron salir adelante mostrando fortaleza, complicidad y una sabiduría obtenida desde lo comunitario, el cuidado, y la lucha por la dignidad y la justicia. Sus nombres también son parte de nuestro pasado, y memoria viva de lo que somos”.

Aurresku y flores

El acto contó con la intervención de Iosu Etayo, que cantó una versión de la canción ‘Pétalos’ de Barricada y Eva García y Paula Zábal, madre e hija, bailaron un aurresku frente al panteón en el que descansan los restos de estas personas. Para terminar, todos los allí presentes participaron en una ofrenda floral.

“Es necesario no olvidar, es necesario recordar, es necesario homenajear a todas estas personas y poner voz a los nombres y apellidos de todos aquellos que lucharon por el bien común, por una sociedad más justa con personas libres e iguales y por unos valores republicanos que aquellas viudas mantuvieron vivos hasta hoy. A todas ellas, todo nuestro reconocimiento y más sentido homenaje. Izan zirelako gara, garelako izango dira. Porque fueron somos, porque somos serán”, finalizó Mangado.