Víspera del miércoles de ceniza, momotxorros, sorgiñas, akerra, juantanprosos, maskaritas y otros personajes del carnaval rural de Altsasu no saldrán a la calle. Y es que no corren buenos tiempos para las celebraciones, y menos para esta fiesta multitudinaria, una catarsis colectiva llena de simbología en la que poner orden es tarea imposible. Pero la maskarada de Altsasu sigue presente de otra manera, en la exposición de dibujos y manualidades del alumnado del colegio público Zelandi, Iñigo Aritza Ikastola y Sagrado Corazón organizada por las apymas de los centros junto con la comisión de carnaval. Se puede visitar hasta el 21 de febrero.

Lo cierto es que esta fiesta, declarada de interés turístico de Navarra, se ha convertido en seña de identidad de Altsasu, un patrimonio inmaterial que la comisión del carnaval quiere transmitir a las nuevas generaciones a través de esta muestra, diferentes miradas en torno al carnaval. Su inauguración suele ser el inicio de la cuenta atrás de las celebraciones, una tarde en la que los personajes salen de su letargo y se baila la 'Momotxorroen dantza', la primera de otras muchas que se suceden el martes, cuando la comitiva se detiene para bailar. Asimismo, hay un carnaval txiki con todos los ingredientes.

Este año sería la 40ª edición de un espectáculo sin guión, un día en la que Altsasu se lanza a la calle para renovar un ritual ligado a un pasado agrícola. Y es que esta fiesta se recuperó1982, cuando un grupo de altsasuarras se propusieron dar forma a los recuerdos que transmitieron mayores del pueblo a Enrike Zelaia en los años 60 mientras el akordeolari investigaba de cocina en cocina sobre la música de Altsasu. "Me hablaban del momotxorro, un personaje salvaje con cuernos, narru y sangre", recordaba ayer Zelaia. "El magma carnavalesco se completaba con infinidad de personajes provenientes tanto del carnaval ritual primitivo como la ereintza o siembra y juantranposos así como de incorporaciones posteriores como maskaritas, la boda y otras muchas más", explica.

Recogida la información, busco el momento oportuno para sacarla a la luz. "El momento propicio llegó a partir de 1975, con la muerte del dictador, pero aún hubo que esperar algunos años hasta que la situación se asentase un poco más", observó Zelaia.