Isaba amaneció el domingo con la luz del otoño y música de txistu y tamboril para anunciar el bando, que se inició con el “se hace saber”, pregonado por Teresa Aguerre por las esquinas de siempre.

Venía éste a decir que después de la misa de doce se recibiría a las jóvenes alpargateras llegadas a Isaba desde el resto del valle y valles vecinos, con fiesta en la plaza, y que irían después a sus casas a recoger los hatillos, a despedirse de la familia, antes de marchar al otro lado del Pirineo, donde las fábricas de alpargatas demandaban su joven mano de obra.

En el marco de las Jornadas del Patrimonio, la villa recreó aquella vivencia de un domingo de primeros de octubre de 1868, el mes del rosario. Como entonces, pasado el mediodía la plaza se llenó de nerviosas jóvenes, mozas de Roncal, Salazar y Ansó que partieron de Isaba para pasar juntas el collado de Arrakogoiti. La algarabía del reencuentro y los abrazos entre ellas se mezclaron con la tristeza contenida de las enlutadas madres y abuelas ante la larga ausencia del invierno. Las campanas de la iglesia llamaron al rosario: eran los tiempos de velas y reclinatorios y de curas que, desde el púlpito, les bendecían en latín y aconsejaban vida recatada.

homenaje y recuerdo Del recogimiento pasaron a la fiesta, en la que se mezclaron las danzas de los valles: Karrikadantza, Ttun ttun, Axuri Beltza y Neskadantza. Y en recuerdo y homenaje a las mujeres que les precedieron, Teresa Aguerre, la del bando, apareció con la enorme bandera del pueblo y la bailó por ellas.

Llegó después el momento de partir. Abrazos y hatillos al hombro, al son de la música, dejaron atrás las casas hasta la primavera. De ahí su apelativo de “golondrinas”. Y el pueblo se quedó un poco más solo. Las mozas a Maule, los hombres a la Bardena con los rebaños; otros, río abajo a vender la madera, antes del invierno.

“A la memoria sigue sin acabársele el tiempo”, subraya Fernando Hualde, autor del guión base de la representación y sacerdote en la misma, organizada por la Asociación Cultural Kurruskla/Kultur Elkartea y coordinada por Ana Rosa Ezquer y Julio Beretens.

Narrado por Loli Barace, con Teresa Aguerre, pregonera y mujer de bandera, al son del Grupo de Txistularis de Isaba, la fiesta contó además con los bailes de la Kurruskla y el Grupo de Danzas de Jaurrieta, para una jornada que tuvo como protagonistas a las mujeres de todas las edades, por las calles de Isaba, hoy como hace 150 años.