A pedir de boca estuvo el domingo en Lumbier el VI Día de la Tostada organizado por el colectivo de olivareros para compartir con el pueblo en una fiesta su cosecha anual.

La generosa iniciativa reunió un año más en la plaza de Santa María a la vecindad en torno al pan con aceite de los olivos extendidos por el término, el límite de producción hacia el norte. Se repartieron más de 600 tostadas (40 kilos de pan) rebañadas con aceite de los 3.000 olivos del colectivo olivarero que cosecha entre 12.000 y 15.000 kilos de olivas; untadas con ajos de cultivo propio en La Piedra, acompañados de vino, sidra y refrescos con un precio simbólico.

La fiesta gastronómica ha calado en la localidad y ha concitado en torno a ella a la música, el arte y la poesía de dos incondicionales del día: Blanca Eslava y José Ramón Larrea, vecina ella vinculada a la villa, y él, que en cada edición construyen sus poemas para la mañana de la tostada. “Todos los años nos regalan sus poemas y se implican y hemos querido darles las gracias con este pequeño reconocimiento (aceite y cabezón de pan) con el que cada año destacamos algún gesto vecinal”, decía Tomás Belzunegui.

Sorprendidos y agradecidos, Eslava y Larrea, que cantan con sus versos al olivo, al aceite y al pan del día, el programa siguió adornado con la participación de Zaraitzuko Kantuz, que alegró el pueblo con sus voces y los sonidos de los txistus de Iruña, txaranga y gaiteros en la sabrosa fiesta.