ibilcieta/Ibiltzieta - Temprano despertó ayer el Valle de Salazar para vivir su fiesta anual adjudicada este año a la pequeña localidad de Ibilcieta, una de las menos pobladas, a penas 30 personas censadas, que sin embargo acogió con rotundo éxito la jornada anual itinerante gracias al trabajo de la comisión local junto a otra comisión de trabajo del valle.

Así viene siendo desde hace seis años cuando un grupo de vecinos y vecinas decidió darle la vuelta a una fiesta que moría lentamente para dotarla de contenido en base a su realidad , a su patrimonio cultural y folklórico con nueva filosofía que buscaba la reflexión en jornadas previas y un efecto multiplicador del compromiso, explicaba ayer Xabier Díaz Esarte.

A la nueva etapa del día en el que se reúne el valle se le bautizó con el nombre de Urruxkide Eguna, en recuerdo de aquella antigua tradición que sorteaba las casas para intercambiar comidas y relaciones entre la vecindad.

reconocimientos Así, ayer las dianas sonaron en todas las villas también en Ibilcieta como anfitriona para anunciar el día. Se trataba del primer acto del programa organizado con la implicación de una comisión del pueblo, cada año al que le toca y de otra conjunta del valle.

Le siguió el homenaje a los mayores y la misa. Recibieron el reconocimiento presentes este año: Félix Artoleta Zazu (casa Gora), Pilar y Felisa Goyena de Carlos (casa Pena), Paquita Sanz Iribarren (casa Jauregui). Lo completaron: María Artoleta Zazu (casa Gora), Francisca y Lucía Berrade Tanco (casa Juan), quienes no pudieron acudir.

Llegó después el acto central, con el reparto de las llaves que trenzaría las casas.

El Aiert Otxoa, el lobo símbolo del valle, talla con la que se reconoce el trabajo desinteresado hacia el mismo de una persona o colectivo, este año recayó en Xaiki, el grupo de mujeres del Salazar , que trabaja en red con otros del Pirineo y que recibió con emoción y agradecimiento por lo que supone la visibilización de su trabajo continuado a lo largo del año en pro de las políticas de igualdad y de la lucha feminista.

divertida novedad Finalizada la comida, que reunió a 550 personas, con sobremesa amenizada por la fanfarre Urbeltz, el programa anunciaba la final del Mundialito de la Calva, divertido juego con piedras que solo se practica en siete pueblos y que consiste en tocar o aproximarse a una más grande y central, el hito. Los ganadores fueron: Mikel Maldonado, de casa Ignacio, y Fernando Cuiral, de casa Manuela de Navascués, que jugaron contra Aitor y Patxi Félix Artoleta. Patxi Berrade arbitraron la divertida y reñida final.

La cita del valle se renueva cada año y para el 2020 queda por señalar el destino.

Organización. Dos comisiones (del pueblo y del valle) se encargaron de la organización del día. Importante el esfuerzo realizado por un pueblo en el que solo están censados 30 habitantes,

Desfile. Más de 150 personas participaronentre danzantes, jaurrietanas, fanfarre, txalapartaris, txistularis, trikitrixas...a

550

Comensales del valle compartieron mesa y sobremesa con Urbeltz.