n herrero en plena faena en la confluencia de dos caminos del Valle de Lizoáin-Arriasgoiti recuerda el trabajo y empeño de sus gentes por mantener vivo el euskera.

Gure Hizkuntza Lantzen, una figura de Félix Lizarraga, en colaboración con el Ayuntamiento del valle, fruto de la sensibilidad de ambas partes, tuvo como punto de partida una idea que la comisión de Cultura lanzó hace dos años y que hoy es una realidad con la figura del herrero que, martillo en mano, trabaja en la forja ante el yunque.

“Forjando nuestro idioma, nuestra lengua. Esta es la idea con la que queremos homenajear a toda la gente del valle que ha trabajado en el tiempo por la conservación del euskera”, explica su autor, Félix Lizarraga.

Su obra se suma a la veintena de piezas de grandes dimensiones extendidas por el valle y otros puntos de la geografía navarra vinculadas a la historia, la cultura, el folklore y la memoria. Pero este monumento a la lengua vasca tiene para él un especial significado. Dice, sin temor a equivocarse, que es “el primer monumento que hay en Euskal Herria dedicado al euskera”. Mide 3 metros y es de chapa acero corten, material que conoce bien y al que se entrega en su tiempo de jubilación con la pasión del herrero que fue en un tramo de su vida laboral.

“Es una suerte para un Ayuntamiento como este contar con la habilidad de una persona como Félix y estar en buena sintonía, matiza el alcalde del valle Koldo Albira.

Este encuentro mutuo se refleja en otras figuras de su cosecha que hablan del lugar.

Las ideas del artesano encuentran siempre buena acogida en el Ayuntamiento. y representan pequeños costes para las arcas municipales. Lizarraga aporta en este caso el material y mano de obra de la pieza. El pedestal sobre la que se erige ha corrido a cargo del Consistorio.

“Y es que “nuestros objetivos son los mismos”, subrayan. Es la manera de hacer cosas en los pequeños pueblos donde la escasez de recursos se suple con voluntad vecinal.

“Hacemos visible nuestra historia y la cultura con actividades: auzolanes, club de lectura, biblioteca...” destaca el alcalde. Siempre con una mirada de conjunto de valle, en un plano de igualdad, cada iniciativa popular que surge se desparrama por los trece pueblos y lugares habitados que engloba.

Gure Hizkuntza Lantzen se ubica en término comunal, entre el camino que lleva a Uroz y el de Mendioroz, en un punto estratégico desde el que se divisa el rico patrimonio del valle.

“Es el centro del valle desde donde vemos seis castros prerromanos y parajes como: Izaga, la Higa de Monreal, las ruinas de Redín, Irulegi, San Cristóbal, Elbesi, el castro de Ube, el castro de Muro en las campas de Izagaondoa... Albira y Lizarraga enumeran de corrido el horizonte cargado de historia.

La figura que el euskera se ha forjado en Lizoáin-Arriasgoiti queda pendiente de inauguración. “Tenemos previsto hacerlo con una charla del profesor Gorka Lekaroz, sobre los últimos euskoparlantes. Todavía quedaban a principios del siglo XX habitantes que vivieron su infancia en euskera”, añaden.

Lizoáin-Arriasgoiti fue el primer valle que se preocupó en tener una persona técnica de euskera, inquietud que se extendió posteriormente a los pueblos vecinos.

De este modo surgió Izagaldea, que abarca en su actividad respaldada por los ayuntamientos, además del citado, de Urraúl Bajo, Lónguida, Urroz-Villa, Izagaondoa y Monreal-Elo, que trabaja para activar la cultura en euskera e impulsar su uso y conocimiento entre sus habitantes. Su técnica actual es Belén Ausejo, una persona “fundamental” , estiman.

Para facilitar el estudio del euskera y potenciar su uso, el Ayuntamiento de Lizoáin-Arriasgoiti subvenciona a las personas empadronadas que se matriculan y esfuerzan en su aprendizaje de adultos. El infantil “está garantizado”, afirman, con el modelo D (euskera), elección mayoritaria en el valle.