Idoia Fernández Napal (Roncal) y Marijo Waliño (Salazar) son las dos agentes de desarrollo rural que trabajan en los valles orientales del Pirineo navarro, que en los próximos años afronta el reto de revertir un proceso progresivo de pérdida de población iniciado hace décadas.

En el futuro inmediato, ambas agentes tienen claro que el Plan del Pirineo de Navarra tendrá un papel clave. En este proyecto participan el Gobierno de Navarra, Lursarea (Agencia Navarra de Desarrollo del Territorio), la Mesa del Pirineo y la propia Cederna-Garalur. Un trabajo coordinado entre instituciones y agentes sociales. "Cuando empecé en Cederna en 2017, se estaba gestando todo este asociacionismo que defiende vivir en el Pirineo", expresa Idoia Napal.

Marijo Waliño llegó a Izal (Salazar) en 2008. Ahora gestiona un alojamiento rural y preside la asociación turística Iratialdea. "Cuando la gente del valle supo a qué me quería dedicar, me aconsejaron que me pusiera en contacto con Cederna", explica. El de agente de desarrollo, relata Waliño, es un trabajo totalmente arraigado al territorio.

Napal y Waliño coinciden en que los pequeños emprendimientos son una buena vía por la que transitar. "La mayoría de los emprendimientos buscan el autoempleo, pero aquí tenemos cooperativas como Almisala (montaje electtrónico) que ha generado varios empleos", expresa Waliño. "De la población han salido muchas ideas para fomentar el trabajo y mantener vivo el Pirineo", completa Napal.

Una de las esperanzas de que los pueblos del Pirineo dejen de perder población es la creación de un instituto de educación secundaria, que está previsto para dar cobertura al Pirineo y a las cuencas prepirenaicas. "Hasta ahora se había normalizado que los jóvenes de 16 años se marchaban a estudiar fuera del valle. Pero en muchas ocasiones, la familia se trasladaba a Pamplona con esos jóvenes", relata Marijo Waliño.

batalla por el la red Garantizar una cobertura de internet en todo el Pirineo navarro es uno de los caballos de batalla de Cederna-Garalur. "Hay pueblos como Izal o Uscarrés donde aún solo hay cobre. Y ahora se está intentando llegar al polígono de Iciz", remarca Waliño, por ser una necesidad básica que tiene cualquier empresa.

Otros de los asuntos que preocupan a las agentes del Pirineo oriental son "garantizar el relevo generacional en el sector primario, desarrollar proyectos en el ámbito de las energías renovables", resume Napal.

La cercanía de los dos valles pirenaicos y el resto del la Merindad de Sangüesa se expresa en el proyecto Tejiendo la Despensa, que busca fomentar las relaciones y acerca tanto a los productores locales de todos los sectores con sus consumidores más cercanos y los establecimientos, ya sean comercios o restauración.