d ebajo de toneladas de tierra se esconde el pasado medieval y el origen de Tudela. Las murallas que hace mil años rodeaban el cerro de Santa Bárbara y defendían el núcleo habitado de los ataques podrán salir a la luz, al menos en parte, gracias aun proyecto de financiación europea que tiene como eje la recuperación del sector de la construcción que tanto ha sufrido con la crisis en la Ribera.

Acometer los trabajos en tres zonas de las antiguas murallas del castillo de Sancho el Fuerte del cerro Santa Bárbara de Tudela es una de las partes del proyecto Novacons que ha sido aprobado por la Unión Europea (dentro del programa Poctefa) para realizar entre los años 2016, 2017 y 2018, en colaboración con la Fundación Laboral de la Construcción y un grupo de empresas de Aquitania (Francia). Se estima que podría estar concluido en abril de 2018.

sector de la construcción La iniciativa conlleva diversos aspectos para tratar de dinamizar y estudiar el sector de la construcción en la Ribera, tendrá un presupuesto de 893.000 euros, de los que el 65% (580.000 euros) estarán financiados por los fondos Feder de la UE. Del 35% restante, 223.000 euros provendrán de fondos públicos (incluido el Gobierno de Navarra) y apenas 100.000 euros tendrá que desembolsar el Ayuntamiento de Tudela.

Novacons tiene seis apartados que habrán de acometerse de forma coordinada por las tres partes, Tudela, Fundación Laboral de la Construcción y el grupo de empresas de Aquitania; un carácter internacional que caracteriza a las ayudas del programa Poctefa.

Los apartados del proyecto son: elaboración de un retrato de la situación del sector de la construcción en la Ribera; definir los perfiles profesionales que busca el mercado para recuperar a los que han quedado relegados; incorporar nuevas técnicas de construcción; elaborar un proyecto y ponerlo en marcha (el cerro de Santa Bárbara); incorporar nuevos criterios en la elaboración de pliegos y, finalmente, que el trabajo que se realice sea aplicable en otras zonas y localidades.

Dada la importante afección al sector de la construcción durante la crisis en la Ribera (el 50% de los empleos de este sector se han perdido) este aspecto sirvió de enganche para el proyecto común entre las tres partes y poder optar a las ayudas. Los pasos se empezarán a dar este mismo mes y concluirán a mediados de 2018 y el alcalde, Eneko Larrarte, hizo hincapié en la presentación en la importancia comarcal del proyecto y su afección al turismo.

las murallas Desde el Consistorio, el responsable de Urbanismo, Daniel López, recordó que el trabajo que se va a realizar acomete, solo en parte, el antiguo Plan Director del Cerro de Santa Bárbara que se pagó pero jamás se ejecutó por su elevado coste. “Vimos que podía encajar en la convocatoria, estuvimos analizando el sistema planteado y nos decidimos. No lo acomete íntegro, es un punto de partida. El Plan Director estaba dividido en 10 sectores y vamos a poner en marcha dos en la falda sur”.

Los trabajos tendrán tres fases y cada una se compondrá de cuatro etapas en las que se realizará un proyecto, la intervención arqueológica documentando los restos, se consolidará y restaurarán las estructuras y se pondrá todo en valor, adecuando el entorno y colocando señales. “Uno de los objetivos principales es el seguimiento de las obras para que no se quede olvidado lo que se haga”, indicó López.

Todo el trabajo de documentación de los restos se realizará con las últimas técnicas digitales como el escaneado que luego facilitarán las recreaciones. Se estima que en todos estos trabajos podrían tomar parte alrededor de 15 personas que en este tiempo tendrían empleo.

La consecuencia más palpable de este acuerdo centrado en la construcción se centrará en la rehabilitación, mantenimiento, musealización y consolidación de estos tres sectores de las murallas descubiertas en el cerro de Santa Bárbara. La primera se centraría en una bodega y diversas estructuras domésticas medievales en la ladera más cercana a la vía del tren. La segunda en un gran lienzo de muralla y restos de una torre que aparecieron cerca de los antiguos depósitos de agua. La tercera reúne restos de murallas en una zona más plana y varias partes del cerco exterior de las defensas, todo ello detrás de las viviendas del paseo del Castillo.

la historia “Al considerar Amrús Ben Yusuf los muros que la rodeaban concentró en el castillo todo lo que poseía, lo reconstruyó y aprovisionó. Erigió el monte de Tudela convirtiéndola en una apreciable ciudad”. Ésta es la primera cita sobre las murallas de Tudela y data del año 802, cuando decidieron convertirla en medina, aunque da señales de que ya había defensas construidas en el cerro de Santa Bárbara, probablemente de la época celta.

Las tropas cristianas de Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón, entraron en una Tudela ya rendida en 1119. Tras él, el castillo pasó a manos de García Ramírez con lo que definitivamente quedó en poder del reino de Navarra. Las remodelaciones que se hicieron entonces de las murallas acabaron con los restos musulmanes ya que en las diferentes catas que se han realizado en las últimas décadas en el cerro nada ha aparecido de aquel imperio.

A mediados del siglo XII, bajo el reinado de Sancho El Fuerte, el castillo desarrolla toda su naturaleza de largas murallas para proteger a la población que crecía, en diferentes barrios, culturas y religiones, a sus pies. Desde el Puente del Ebro hasta Herrerías y desde la entrada a Concarera hasta la Virgen de la Cabeza. Una gran red de almenas, torres, murallas y pasajes que ocupaban unos 51.700 metros cuadrados sólo en el cerro de Santa Bárbara. Su relevancia era tal que hasta 1329, en que pasó a Estella, sus bodegas acogían toda la documentación del reino. Tras unas décadas de abandono, Carlos III lo recuperó en el siglo XIV convirtiéndolo en lugar de descanso y reposo. Entre 1388 y 1394 invirtieron en su mejora 25.000 libras (según ha calculado Luis María Marín podrían ser 10 millones de euros de ahora), lo que daría empleo a numerosos tudelanos.

Su destrucción llegó en 1521, tras rendir la ciudad en septiembre de 1512 después de ver perdido el reino de Navarra. Los vecinos emplearon sus sillares en el siglo XVII para adecuar sus casas o para construcciones municipales como el humilladero o la propia Plaza de Los Fueros. El núcleo del castillo se empleó como fuerte en la guerra contra los franceses (1808-1813) y en las guerras carlistas (1872-1876). Finalmente sobre él se colocó el Corazón de Jesús (1942)

Concejal de Urbanismo

el castillo (según José María Iribarren)

l Cámara de la bella vista. Se encontraba sobre la alta torre de la capilla y se llamaba así porque desde ella se veía toda la vega del Ebro y las Bardenas Reales. Sus ventanas eran de alabastro.

l Cámara del rey. Contaba con cuatro amplios ventanales con vidrieras. El techo era de un rico artesonado decorado con hojas, lazos y piñas todo en color doarado.

l Cocinas. Tenían cinco grandes chimeneas y se hallaba rodeada de una especie de claustro.

1610

Ermita. En ese año se dio licencia a Bárbara Corella para instalar una ermita entre los restos del castillo.