no es que sea la pera limonera pero, francamente, yo creo que Tudela y la Ribera tiene muchos puntos de atracción que no estamos sabiendo usar. No me voy a centrar en el Casco Viejo, y en todo su potencial que está empezando a ver la luz, ni siquiera en sus monumentos, sus antiguas fortalezas o su historia. La Ribera va más allá y hay barca pá seguir. No puede ser que un río como el Ebro bañe nuestras tierras y que todo nuestro turismo se asiente en un desierto, por más atractivo que sea. No me mal interpreten, me apasiona la Bardena, pero ¿no creen de verdad que podemos sacar mucho más jugo del Ebro? Y, por supuesto, no me refiero a poner más empresas, centrales hidroeléctricas o térmicas; no son mi tipo. No. Me refiero al potencial turístico del río. ¿Es inviable crear un paseo sobre el propio río más allá del Prado? ¿No es posible crear pequeños parques en los sotos sin acometer ningún tipo de obra? ¿A nadie se le ocurre crear un centro turístico amable en ese pequeño paraíso que se llama El Bocal donde parece imposible que perviva un bar o un restaurante? ¿Por qué queda siempre al margen de cualquier iniciativa turística de los ayuntamientos o del Consorcio Eder? Que nadie diga que es la Confederación Hidrográfica del Ebro la que impide hacer todo esto porque he visto ese mismo tipo de imanes turísticos en ciudades con río (y con ríos monumentales) como, por ejemplo, el Duero a su paso por Soria, o el Tormes en Salamanca. Lo que creo es que en la Ribera nos falta imaginación y algo de amor a lo propio (sin llegar al chovinismo que detesto). Hasta hace unos 8 años ¿nadie había pensado poner en activo lo que hay debajo del cerro de Santa Bárbara?, ¿no existen formas fiscales o de otro tipo de ir extendiendo la actividad comercial por el casco viejo como una mancha de aceite más allá de los negocios hosteleros? ¿No habría que haber instalado la sede de la Mancomunidad de Residuos en el Casco Viejo? ¿Y la Universidad Pública de Navarra? Un ejemplo claro de explosión turística lo estamos viendo en Fitero y lo tuvimos también con la rehabilitación de la catedral. ¿No hay posibilidad de que las iglesias permanezcan abiertas los fines de semana mediante acuerdos con el obispado? Solo reclamo imaginación y voluntad que, por cierto, en muchas cosas se están empezando ya a emplear en Tudela y en la Ribera.