olite - “¡A la viña, viñadores, que sus frutos de amores son!”. La llamada a la acción de Lope de Vega -recordada por Tomás Yerro en su pregón-, bien podría servir de lema para la Fiesta de la Vendimia de Navarra, que ayer celebró en Olite su 28ª edición. Nace una cosecha que se presume halagüeña según el Consejo Regulador de la DO Navarra y la Estación de Viticultura y Enología, con 75 millones de kilos de uva, un 24% más que en 2017. Y además de muy buena calidad.

La Cofradía del Vino de Navarra desplegó en la plaza Carlos III todos los encantos del fruto de la vid, con más de 70 caldos a escena, la cata del primer mosto en riguroso directo y una fuente en su mismo centro de la que manó con generosidad vino tinto y rosado de Navarra, marca de la casa.

“La campaña se inicia con un ligero retraso con respecto al año pasado, acercándose a las fechas tradicionales de vendimia. Con una primavera húmeda y un verano adecuado para que la madurez de la uva sea buena. Aunque hemos tenido algún incidente”, dijo el enólogo Javier Ochoa en referencia a problemas puntuales de mildiu y piedra. Y así comenzó oficialmente la vendimia, que de forma oficiosa ya se ha iniciado en alguna zona de la ribera con chardonnay, uvas blancas y moscatel de grano menudo. “Confío en que el mercado sepa valorar esta excelente calidad poniéndole un adecuado precio”, expresó Ochoa antes de probar el primer mosto, equilibrado en acidez, azúcares y demás componentes. Perfecto para un brindis.

el pregón Poco antes, el cofrade Tomás Yerro -que recibió el XII Hocete de Plata- cumplió un lejano sueño de infancia con la lectura del pregón “y en una ocasión privilegiada”. Este licenciado en Filología Románica, catedrático de Lengua y Literatura y profesor, regaló varias citas con paladar poético y regusto a buen vino. Y finalizó animando al personal “a que disfruten, con moderación y en buena compañía, de las muchas virtualidades del vino, que ojalá continúe siendo un motivo de convivencia amistosa y fértil, que buena falta nos hace. Y ojalá que el sector del vino recobre su merecido empuje frente al auge de otras bebidas alcohólicas más potentes y dañinas, hoy tan en boga. Por el bien de productores y consumidores. ¡Sean felices!”.

El presidente de la DO Navarra y de la Cofradía, David Palacios, destacó que “volvemos a recuperar una cosecha tradicional en cuanto a fechas de recolección, con un ligero retraso, y en cuanto a producción. La vendimia pasada fue inusualmente corta en kilos, y este año volvemos a una producción acorde a la superficie de viñedo que tenemos. Además la uva que ha empezado a entrar en las bodegas está atestiguando lo que ya pensábamos; que la calidad es muy buena”, dijo satisfecho. Y se marcó un reto. “Que los vinos de Navarra se valoren por su calidad, por lo que representan, por lo que hay detrás de una botella de vino. Y que crezcan en valor”, deseó.

profesionalidad del sector Por su parte, el alcalde de Olite Andoni Lacarra recordó que “la cosecha ha sido buena, pero llegar aquí no ha sido fácil. Hemos tenido un invierno muy húmedo, con viñas muy expuestas y con riesgo de contraer enfermedades. Pero el viticultor es un trabajador que está muy profesionalizado, y gracias a eso tenemos una de las mejores cosechas de los últimos años”, aseguró.

La presidenta del Gobierno, Uxue Barkos, también presente en la cita -el cargo de presidenta de Honor de la Cofradía obliga- se refirió al vitivinícola como “un sector que habla mucho de Navarra, de cómo somos y de nuestra historia”. Barkos recordó las iniciativas en torno al turismo del vino, con unas rutas “que se han profundizado y ampliado”, o el proyecto “esencial” de un banco de cepas viejas “en el que se vaya reconstruyendo la viña que fue y que podemos recuperar”. Y reconoció, respecto a las llamadas de apoyo institucional, que “es un sector peleón, y hacen muy bien”.

Por último, el presidente de UAGN, Félix Bariáin, apuntó que “estamos en una tendencia alcista, tanto del precio que recibimos los viticultores como el que tienen nuestras botellas en el mercado. No tiene sentido que denominaciones que están alrededor de las nuestras tengan un precio mayor, porque en la calidad no existe esa diferenciación”, dijo.

A este respecto, Bariáin consideró “fundamental” la ayuda institucional. “La administración se tiene que dar cuenta de que es un sector puntero en la economía de otras comunidades. Y aquí todas las condiciones de suelo, clima, calidad y profesionalidad de los viticultores se pueden traducir en un sector que no solo sea importante para el sector agrícola, sino también para la economía de nuestra comunidad”.