Alcanzar las metas de ahorro energético de España en los próximos años y permitir a las empresas cumplir con sus aportaciones al Sistema Nacional de Obligaciones de Eficiencia Energética mientras mejoran sus ratios de retorno de inversión en protección al medio ambiente.
Estos son los principales objetivos del Certificado de Ahorro Energético (CAE), cuyo sistema se estableció por Real Decreto a principios del año pasado. “En definitiva, se trata de un mecanismo que ofrece a cualquier usuario final y, por lo tanto, también a las empresas, la posibilidad de monetizar los ahorros energéticos que han realizado, recuperando así parte del coste de la inversión llevada a cabo”, explica Maite García, líder del Área de Energía de Zabala Innovation, una consultora que hasta ahora ha gestionado proyectos para generar CAE que suponen un ahorro energético de más de 10 GWh al año.
Por poner un ejemplo, “si una empresa reemplazara las luminarias por luces LED en una oficina de 1.000 metros cuadrados, ahorraría 70 MWh de energía; gracias al CAE, este ahorro energético se traduciría en un ingreso estimado para esa empresa de entre 7.000 euros y 8.400 euros”, en palabras de Fernando Díaz, consultor experto en eficiencia energética de Zabala Innovation. De ahí la importancia de este instrumento para las empresas españolas y, por ende, navarras. Entender qué es el CAE y cómo funciona, por lo tanto, es clave para utilizarlo eficazmente.
Los CAE son documentos electrónicos que garantizan que, tras llevar a cabo una actuación de eficiencia energética, se ha conseguido un ahorro de energía final respecto a la situación anterior, expresado en kWh. Mediante la emisión de los CAE, las entidades que realizan la inversión intercambian obligaciones de ahorro a las comercializadoras de luz, gas o petróleo, llamadas sujetos obligados. Posteriormente, estos pueden seguir su propia estrategia financiera a la hora de liquidarlos, ya que es posible registrar los certificados en el mismo momento en el que se obtienen o se puede negociar su valor en el mercado secundario.
Si el sujeto obligado liquida sus obligaciones de ahorro ante el Fondo Nacional de Eficiencia Energética, el CAE se ejecuta y el ahorro se consolida.
En todo ello, “Zabala Innovation juega un papel importante, ya que puede facilitar a los sujetos obligados la detección de actuaciones de eficiencia energética de sus partners habituales y acompañarlos en el proceso de certificación del ahorro, con plenas garantías ante la administración”, subraya García.
Cualquier medida de ahorro energético realizada con posterioridad al 26 de enero de 2023 es susceptible de generar ingresos vía los CAE, cuya vida alcanza los tres años desde su puesta en marcha.
Otro aspecto para tener en cuenta es que la figura del sujeto obligado puede ser sustituida por el sujeto delegado, quien asume las obligaciones del primero, reduciendo de esta forma su carga de trabajo. En este caso también, García indica que desde Zabala Innovation pueden ofrecer a los sujetos delegados los ahorros de los usuarios finales, “de la misma manera que con los sujetos obligados”.
Por otro lado, están los generadores de ahorros, es decir, cualquier entidad que realice medidas de ahorro energético en sus procesos o instalaciones, ya sea un ayuntamiento, un centro tecnológico, una empresa pública, una oficina, una comunidad de vecinos, una empresa de servicios o industrial, entre muchas otras. “Estas entidades necesitan una vía para poder llegar hasta el comprador de los ahorros, y así monetizarlos. Nuestra misión es detectar los ahorros, cuantificarlos y realizar el expediente para la validación de su justificación, una vez ejecutada la inversión”, señala Díaz.
Para completar el proceso, una certificadora debe dar fe de que los ahorros que el beneficiario está declarando están bien calculados. “Zabala Innovation ya trabaja de manera habitual con las principales certificadoras, por lo que conocemos perfectamente los procesos de verificación”, asegura Díaz, quien añade que “un papel relevante lo tienen también las administraciones, tanto a nivel nacional como a nivel de Comunidad Foral de Navarra, ya que son las que en última instancia dan validez y soporte a todo el proceso, y llevan la contabilidad de los ahorros energéticos logrados”.
En definitiva, los CAE son una herramienta que, según García, ofrece cuatro ventajas: “Son unos incentivos económicos que permiten a los beneficiarios obtener ingresos al vender los certificados; mejoran la rentabilidad, porque permiten reducir los costos operativos relacionados con el consumo de energía; mejoran la imagen corporativa, ya que demuestran el compromiso de la entidad con la eficiencia energética; y contribuyen a la sostenibilidad, puesto que se reduce el consumo de energía y se impulsa el desarrollo sostenible”.
En todo el proceso, Zabala Innovation selecciona proyectos con potencial de valorización a través de los CAE mediante un análisis previo donde se estiman los ahorros energéticos potenciales. A partir de ahí, la consultora asiste al usuario final en el proceso de inversión, y selecciona el mejor comprador para cada medida de ahorro energético. Zabala Innovation trabaja en toda la cadena del proceso, realizando la elaboración de los dossiers, las mediciones, y la cotización de los ahorros.
En este sentido, la consultora dispone de los equipos de medición y de personal técnico cualificado para poder realizar las comprobaciones in situ de los consumos energéticos antes y después de las medidas. Ello garantiza que los casos que se presentan para obtener el CAE no ostenten riesgos de inadmisiones, lo que redunda en más seguridad para todos los agentes implicados.
Finalmente, a partir de las mediciones, Zabala Innovation trabaja con entidades verificadoras para obtener el informe CAE, y asiste al usuario final hasta el ingreso económico, y al sujeto delegado hasta la inscripción del ahorro.
*Consultora internacional líder en la Gestión de la Innovación