Había escrito a modo de terapia un capítulo muy importante de su vida sin intención de publicarlo. Sin embargo, un libro le hizo cambiar de opinión: es ese en el que el cómico Ángel Martín habla de su brote psicótico. Su lectura le hizo reflexionar sobre la importancia de hablar sin tapujos de la salud mental, así que aquí está la historia de una cantante que alcanzó el éxito después de haber sido la primera expulsada de la segunda edición de Operación Triunfo. De aquello han pasado ya dos décadas y Mai narra ahora cómo la curiosidad le llevó a relacionarse de una forma muy íntima con el alcohol y las drogas –que ella llama “determinadas sustancias”–. Se apeó de los escenarios en 2015, reseteó su vida y ahora ha vuelto con un libro debajo del brazo y el proyecto de un nuevo disco para marzo, en el que entonará melodías que se asemejarán a la música de los 90 y cantará a la soledad, el amor, el desamor y el paso del tiempo.

PERSONAL

Edad: 44 años (4 de enero de 1978).

Lugar de nacimiento: Madrid.

Nombre real: María Isabel Meneses, Mai.

Familia: Está casada con Eduardo Baeza y tiene dos hijos.

Trayectoria: Comenzó a sumergirse de lleno en el mundo de la música a los 15 años. Estudió canto, armonía y piano. En 2002 entró en Operación Triunfo con la ilusión de hacerse un hueco como cantante, pero la aventura no llegó a buen puerto y fue la primera expulsada de la segunda edición del programa. No se amilanó y creó junto a su pareja de entonces, Kim Fanlo, el dúo Nena Daconte, aunque era ella la compositora de los temas. Rota la relación sentimental, Mai Meneses siguió en solitario manteniendo el nombre. En 2015 decidió tomarse un respiro en su vida artística y se fue con su marido y sus dos hijos a Dallas (EE.UU.). Ahora vuelve a la actualidad musical.

Desde 2015 hemos sabido muy poco de usted, y ahora de repente está en todos los medios. ¿Por qué decide volver a la vida pública y a la música siete años después?

La música me llamó de nuevo y me di cuenta de que estaba huyendo de mis problemas construyendo un mundo diferente al que había sido el mío. Llegó un momento en el que pensé que la única forma de resolverlos era volver a lo que mejor sé hacer, música.

¿Por qué esa huida hacia adelante?

Fue intentar huir de lo que me estaba haciendo daño y no me estaba sentando bien. La música, por las razones que fueran, no me estaba sentando bien y decidí dejarlo todo.

Tenía tanto que darte es el título de su libro (lo es también de uno de sus mayores éxitos musicales), un texto en el que se desnuda emocionalmente para narrar por todo lo que ha pasado.

La idea de ponerme a escribir fue una especie de terapia para sacar todos mis recuerdos alrededor del mundo de la música. Después lo dejé abandonado en un cajón durante seis meses. En ese tiempo me leí el libro de Ángel Martín, Por si las voces vuelven, en el que cuenta que sufrió un brote psicótico. Me sentí bastante acompañada y vi que no estaba sola en esos episodios. Pensé que publicar el mío tal vez podría ayudar a otra gente, al ser un relato femenino sobre la salud mental.

¿Qué parte de culpa tuvieron el alcohol y esas otras sustancias en todas las decisiones que tomó en aquellos momentos?

No lo sé, pero en un momento determinado no me sentía demasiado bien, estaba como perdida y tuve que poner tierra de por medio y romper con todo, incluido el equipo con el que estaba trabajando, para empezar de desde cero. Fue una decisión para salir de donde estaba metida y nadie estaba mirando. Estaba, o me sentía, sola.

"Utilicé el alcohol y otras sustancias para evadirme de la realidad”

¿Y beber era el refugio?

Yo utilizaba el alcohol y el consumo de otras sustancias para evadirme de la realidad. Eran mis anestésicos, los que me ayudaban a adormilar todo lo que me hacía daño.

¿Cuál fue el detonante que la llevó al mundo de las drogas y el alcohol?

Al principio fue la curiosidad, pero después ya fue un enganche que me costaba mucho dejar.

¿Ahora está liberada de esos enganches?

Estoy tranquila, feliz y ya no necesito beber para evitar los problemas.

Hace veinte años usted era una concursante de la segunda edición de Operación Triunfo.

Ja, ja, ja… No fue mi gran éxito. Lo miro hoy, con otra perspectiva, y parece que ha pasado una vida entera, la verdad, aunque lo miras desde otro ángulo y parece que fue ayer. No sé, simplemente ocurrió.

¿Es una visión feliz si vuelve la vista atrás?

Bueno, fui la primera expulsada de esa edición, imagínate cómo me pude sentir. Aunque es una exageración, en el libro digo que era la perdedora más famosa de España. Me echaron a la primera y me di cuenta de que no es lo mismo fracasar y que nadie te vea, o fracasar viéndote todo el mundo y que tu familia y tus amigos te tengan que consolar.

¿Se lo tomó muy a mal?

Yo me lo tomaba con sentido del humor, pero solo en parte. Bromeaba diciendo que me consideraba la telonera de los chicos de Operación Triunfo. Lo que ocurre es que al final esas cosas hacen más daño de lo que parece.

Un libro la devuelve a la actualidad.

Un libro la devuelve a la actualidad.

¿Es usted muy sensible?

Claro, soy demasiado sensible, para lo bueno y para lo malo.

¿Se sintió desamparada por parte de la organización del programa?

De las personas que trabajan en Operación Triunfo o en la industria en general siempre he sentido cariño, me he llevado bien con esa gente. Lo que es la maquinaria del programa ya es otra cosa, es como una apisonadora: buscan el éxito y van a los números, pero es ley de vida en nuestro trabajo y no creo que se pueda evitar. También ocurrirá en otras profesiones, supongo, pero en el mundo artístico duele más, porque estás exponiéndote continuamente y siempre caes en una comparativa de números.

Hay concursantes de esa edición que estuvieron casi hasta el final y han caído en el olvido, mientras Nena Daconte ha superado la fama, estuvo en el candelero hasta 2015 y ahora regresa.

Tuve un éxito que ni yo misma me esperaba. Fue todo muy abrumador desde el principio. Me habían expulsado la primera y poco después mis conciertos estaban llenos. Increíble.

Un éxito que ¿le agotó, le cansó, le defraudó…?

El éxito me pilló un poco desprevenida a nivel emocional e intelectual. No estaba preparada para afrontar un éxito tan grande. Estaba en un mal momento, tenía la autoestima muy baja, mucha inseguridad y era muy susceptible. Fue como si no pudiera digerir el éxito.

¿Cómo es la nueva mujer que aparece siete años después de haberse ido?

Es una persona que siente mucho amor por su trabajo. He trabajado mucho a nivel de autoestima, me quiero, me valoro y cuando salgo a cantar en público lo hago desde la ilusión y las ganas de que la gente se lo pase bien. Quiero que puedan vivir una hora de evasión con la música, que quizá también para eso sirve, para evasiones y para despertar sentimientos en la gente. Además preparo un nuevo disco que saldrá en marzo.

No solo dejó la música, también dejó su país. ¿Afectó su situación a su familia?

Estuvimos viviendo dos años en Dallas (EE.UU.). Nunca ha afectado a mi familia lo que yo pasé porque siempre he contado con el apoyo de Eduardo, mi marido, que está siempre pendiente de todo. Con su ayuda todo ha sido más fácil y la vida nos ha ido bien.

Ahora que ha vuelto, ¿qué es lo que más valora de la música?

Para mí es un vehículo para expresar emociones, un vehículo para abrirte al mundo. En mi caso es una manera de comunicarme con la gente.

"Mi nuevo disco va a ser muy cañero, lleno de melodías pop”

¿Tímida?

Muchísimo, no te puedes hacer una idea.

¿Y cómo se supera esa timidez en un escenario cuando debajo hay cientos de personas escuchando?

Es cuestión de no pensar en esa situación. Al principio lo pasaba mal porque me daba miedo la gente, pero he hecho un cambio de actitud a la hora de enfrentarme al público. Ahora lo veo como un acto de amor que entrego a quien lo quiera recibir.

Desaparecer del mundo artístico durante siete años puede ser la muerte para una cantante...

Sí, lo es, lo es. Me ha costado y me está costando bastante trabajo resituarme de nuevo. También les pasa lo mismo a muchas mujeres cuando dejan de trabajar para cuidar a sus hijos; luego intentan volver al mercado laboral y se encuentran con que está cerrado.

¿Se ha dedicado exclusivamente a la familia?

Estudié Arquitectura de interiores y empecé a trabajar con una compañera haciendo paisajismo. Fue una forma de probar una vida diferente, una vida bastante artística y muy creativa, pero eché mucho de menos la música. Había algo dentro de mí que me decía que ese no era mi mundo. Estaba trasladando mis problemas a la hora de encarar la realidad al mundo nuevo en el que estaba metida. Me di cuenta de que tenía que resolver esos problemas y que no podía seguir huyendo de la música. Hay que pedir ayuda cuando lo necesitas.

¿Le costó dar el paso de pedir ayuda?

Tarde tres años en darme cuenta de que tenía un problema. Fue un día, hablando con mis padres. Ellos se dieron cuenta de que estaba perdida y me aconsejaron ir al psiquiatra. Es verdad que en todos los temas de salud mental te cuesta mucho darte cuenta del problema que tienes. 

¿Se elimina con facilidad el miedo al qué dirán por ir a un psiquiatra?

Es que ahí está el problema. Lo que podemos hacer algunas personas que somos más públicas es contar nuestra experiencia para ir rebajando el estigma que hay en la sociedad. Siempre digo que cualquier problema de salud mental es como si tuvieras diabetes, solo que lo que se te ha estropeado es la química que hay en el cerebro. Qué culpa tienes tú por nacer con un trastorno de personalidad.

¿Nació usted con un trastorno de personalidad?

A mí me diagnosticaron como bipolar con 22 o 23 años, pero en una fase leve, aunque es verdad que el consumo de sustancias y de alcohol se convierte en una bala en la recámara que hace que se potencie y agrave el problema que tú ya tienes.

Cambiemos de tercio y vayamos a la música. ¿Cómo va a ser su nuevo proyecto discográfico?

Va a estar centrado en la música de los 90. Quería recuperar lo que a mí me había gustado cuando me empezó interesar la música. Va a ser un disco bastante cañero, lleno de melodías pop, por supuesto, y de canciones que hablan un poco de lo mismo de siempre: la soledad, el amor, el desamor, el paso del tiempo...