Ha pasado por TeleMadrid, por el Hoy por Hoy de la Cadena SER o por EITB, hasta recalar en TVE, donde dirige y presenta La Hora de La 1, pero ahora ha cumplido un nuevo sueño. La vasca Silvia Intxaurrondo se ha embarcado en la aventura literaria y ha publicado una novela donde visibiliza la violencia machista, los secretos, el peso del pasado: hablamos de Solas en el silencio. 

En esta novela nos presenta un relato complicado pero real. Da igual la época, ¿verdad? El dolor y las consecuencias de la violencia siempre son los mismos.  

-Sí. El otro día se acabó una amiga el libro, lo devoró en un día, y me decía: “Siento al leerlo que estamos todas aunque no aparezcamos ninguna”, y me pareció una frase extraordinaria. 

Es verdad que aunque se lea en un día el poso que deja dura mucho más tiempo. 

-Me esforzaba también en hacer escenas que generen una imagen en la mente del lector. Los personajes tampoco los defino mucho, porque creo que con unos pocos rasgos todos tenemos en la cabeza a cada una de esas mujeres, y yo he dejado que el lector las acabe en su cabeza y que encuentre en cada una de ellas unas características, que estoy segura de que hay muchas mujeres que se verán representadas en esos personajes. 

Nos encontramos a Sole, a Basilia, a Consuelo... Cada una de ellas es única e intenta sobrevivir pese a las circunstancias. Vemos a demasiadas Basilias, Consuelos... en los medios de comunicación, ¿no? 

-Sí. Yo a la hora de abordar todos estos personajes me pregunté qué les une a todas ellas, y realmente lo que une a todos los personajes femeninos de la novela es que todas ellas viven una vida que no decidieron, que decidieron otros por ellas. Y a partir de ahí toman decisiones, a veces correctas, otras valientes, a veces absolutamente cobardes... Pero además el lector enseguida se hace un prejuicio muy claro, porque yo contribuyo a esos prejuicios, y dos páginas después los desmonto. Yo quería que el lector perdiera el control de la narración y de la historia, porque quería evitar que el lector en algún momento intuyese lo que iba a pasar. Le he desubicado, lo he sacado de su zona de confort, lo he llevado a otra donde el paisaje le envuelve, donde el lector también tiene que tomar decisiones importantes. El lector cuando lee la primera página tiene que seguir leyendo, y en esa primera página yo le pido callar, que nada cambie. Tiene que decidir seguir leyendo y si va a callar todo lo que va a ver o si lo va a contar; y todos los lectores decidís contarlo, así que estoy muy contenta. 

‘Solas en el silencio’


Es la primera novela de la periodista SIlvia Intxaurrondo, ambientada en Sopuerta, el pueblo de su aita. En esta historia, unos feligreses enfilan el camino hacia la iglesia para escuchar la misa de domingo. Miran de reojo a Sole y a su hijo Joxean, un joven encerrado en la mente de un niño de cinco años; sobre todo Miren, su vecina y enemiga íntima.


Todos guardan secretos y sienten culpa. “En especial, un grupo de mujeres que susurran en silencio el miedo, el desamor y la soledad. Hasta que unos terribles acontecimientos que todas intuían despertarán su venganza. ¿Hasta dónde estarán dispuestas a callar?”, explican a modo de sinopsis. 

Nos invita a alzar la voz. En el título nos habla de Solas en el silencio, pero descubrimos que no están tan solas, que el amor y la amistad pueden florecer incluso en los rincones más oscuros.  

-Claro, es que al final la novela muestra una historia absolutamente emocionante sobre mujeres muy distintas. Alguna de ellas esperó al amor de su vida siempre y no dejó de quererle, a varias les pasa, y luego al final cuando se reencuentran tienen una suerte dispar. Yo en muchas ocasiones a lo largo del libro he tenido que decidir si estas mujeres sufrían un poco más para que la escena fuera más verosímil y he decidido hacerlas sufrir más, porque si no la escena no habría sido tan realista como yo quería. También es una historia que a mí me resulta conmovedora porque, cuando una mujer toma una decisión, se levanta ese velo de silencio que cubre toda la violencia que ella sufre, y el lector asiste a un proceso de toma de conciencia de los personajes, a una sororidad. En cuanto una de ellas toma una decisión, vemos cómo se forma rápidamente esa sororidad y se recubren de esa tremenda valentía. Es importante que el lector vea cómo es ese despertar de las conciencias, que en la mayor parte de los casos al lector le parece tardío. Entonces, creo que por un lado hemos avanzado más de lo que creemos, pero por otro yo actualmente he tenido que contar desgraciadamente la historia de mujeres que sufrieron la violencia que sufren solas en un silencio que está datado desde 1975-1976. 

¿Siente que ahora se calla menos, que ahora el silencio tiene menos peso?

-Creo que ahora hay menos excusas para callar, pero nunca sabremos cuánto se calla hasta que no levantemos ese velo de silencio y veamos qué es lo que realmente ocurre, porque el silencio contribuye a que no veamos lo que sucede. Yo creo que el lector que se acerca a Solas en el silencio siente una profunda incomodidad con ese silencio. 

“Ahora hay menos excusas para callar”

¿Cree que después de leer este libro habrá mujeres que se sientan más acompañadas, que sientan ese “no estoy sola”?

-Ojalá. Me parece una reflexión muy bonita. Ojalá cuando una mujer lea este libro diga: “Por muy doloroso que sea el manto de silencio, sé que hay mujeres que saben lo que está pasando, y sé que estoy acompañada y soy más fuerte para tomar una decisión y alzar la voz”. Ojalá eso le pase a las víctimas, a su entorno, y le pase a todos aquellos que conozcan una historia de este tipo. Me parece una reflexión preciosa. 

Usted siempre nos ha enseñado a no callar, a dar ese paso. Lo ha hecho a lo largo de su trayectoria profesional. ¿Cuesta a veces ese no callar, dar ese paso al frente? Hemos visto que a veces se ha enfrentado a situaciones complicadas. 

-Cuando he dado el paso no lo he pensado. He pensado simplemente que había que dar el paso. Yo creo que si todo el mundo pensase en que simplemente hay que dar el paso, sin pensar en todas las consecuencias que podría traer, sí levantaríamos el manto de silencio todos, y esta sociedad sería mucho mejor. Siempre es más fácil vivir con valentía que convivir con el arrepentimiento. Eso lo tengo clarísimo. 

El lector que se acerca a ‘Solas en el silencio’ siente una profunda incomodidad con ese silencio”

Las localizaciones también juegan un papel esencial en esta novela. Sopuerta es el pueblo de su aita. ¿Cómo ha sido para usted retratarlo, volver a recorrer estas calles a través de la literatura?

-Aún no me habían hecho esta pregunta, y ha sido un gran cambio. Es distinto vivir Sopuerta, pueblo de mi aita, como una niña, como una adolescente..., a concebirlo como el escenario de una novela como Solas en el silencio. Yo elegí Sopuerta porque es un sitio que me permite sacar al lector de su zona de confort, y por otro lado es una localización que yo conocía muy bien y tiene todos los elementos absolutamente atractivos para que el paisaje envuelva al lector y cuando yo lo vea necesario se vuelva asfixiante. Ojalá los lectores de Solas en el silencio lo visiten, porque se van a encontrar todos los paisajes. Lo único que no existe son las vidas inventadas y las viviendas de los protagonistas, porque al final es una metáfora. Yo quería mostrar que todas las historias merecen ser contadas, y que si las contamos de la manera adecuada podremos hacer llegar todos los sentimientos de sus protagonistas a los lectores. 

La pregunta es obligada. La hemos visto siempre en calidad de periodista, haciendo entrevistas. ¿Cómo se siente ahora al otro lado, en calidad de escritora, de entrevistada...?

-Pues me he dado cuenta de que es bastante más difícil que entrevistar (risas). Lo que pasa es que como me estáis haciendo preguntas de un libro que adoro, cada vez que mantengo una conversación con una compañera como tú pienso que soy muy afortunada; no solo porque he conseguido cumplir mi sueño, porque me he sentido bien cumpliéndolo y escribiendo, sino porque la respuesta es muy buena. Creo que estoy probablemente en el momento más dulce de mi vida. 

¿Este libro será el primer sueño cumplido de muchos que llegarán?

-Ahora que he escrito y que veo que soy capaz de escribir buenas historias, escribir se ha convertido en una idea adictiva (risas). Empiezo a tener ciertas ideas en la cabeza que quiero plasmar, pero estoy reteniendo esa pulsión de escribirlas porque creo que cuanto más las retenga mejor va a ser. En todo caso, si escribiera un segundo libro, sería muy diferente a Solas en el silencio.