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Enara Palacios, surfista donostiarra: "Las mujeres solemos ser más empáticas"

La campeona de Europa junior 2024 con el combinado estatal se estrena como monitora de surf en Zurriola Surf Eskola de Donostia

Enara Palacios, surfista donostiarra: "Las mujeres solemos ser más empáticas"Cedida

En la película de animación Barbie en una aventura de sirenas de 2010, la exitosa muñeca rubia de Mattel es una adolescente llamada Merliah, una prestigiosa surfista de Malibú. Un día se da cuenta de que su cabello se vuelve rosa al contacto con el mar y también descubre con asombro que puede respirar bajo el agua. ¿Cómo es posible? La respuesta es muy Disney: Merliah Summers -Liah para los amigos- es, en realidad, una sirena. A Enara Palacios Zubeldia (Donostia, 19 años) le produce ahora un poco de vergüenza reconocer que esta Barbie en su rol de surfista, muy diferente de la supuesta versión feminista que encarna la actriz Margot Robbie en la película de 2023, la empujó a subirse a una tabla. 

Fue un amor a primera vista y aprendió rápido. En su cuenta de Instagram (@enarapalacios) hay un vídeo de 2012 en el que con 6 añitos coge a duras penas una tabla, la arrastra por la arena de la playa de la Zurriola y, una vez en el agua, ¡hop!, ya está domando una ola sin esfuerzo aparente, sin sufrir, sin tambalearse, ligera como el ala de un colibrí. Su padre insistió en que ella y su hermana Maddi jugasen al golf. Durante un tiempo, Enara compaginó el surf con la gimnasia rítmica; también ha practicado pádel, escalada, baloncesto… “He sido un culo inquieto y siempre me han gustado los deportes”, dice Enara después de haber pasado toda la mañana impartiendo clases de surf en el arenal del barrio de Gros. ¿Por qué se decantó finalmente por este deporte? “Porque era lo que más me gustaba, me divertía y el ambiente era muy bueno”, responde sin pestañear la campeona de Europa sub-18 con la selección de España en Portugal en julio de 2024.  

El sosiego canario


Clima ideal. Las aguas del Atlántico mantienen una temperatura agradable para poder practicar surf, windsurf y otros deportes acuáticos todo el año. “Es un sitio genial: estudio la carrera que quiero y puedo hacer surf”, afirma Enara.


La tranquilidad. Enara está encantada con la acogida que ha recibido en la isla, donde sus habitantes presumen de tener una vida sosegada y sin estrés. La gente, dice, es “simpática”. Allí es una más. 

La evolución de Zurriola Surf Eskola, creada en 2011 y hoy convertida en todo un referente en la enseñanza del surf a nivel estatal, ha ido de la mano del ascenso de Enara Palacios a la élite. Según recuerda la surfista donostiarra, en sus tiempos de alumna solo había una mujer en el equipo docente; en cambio, desde el pasado 9 de junio, Enara se ha incorporado por primera vez como instructora en la escuela -la eskola, como se la conoce internamente-, donde actualmente ya son cinco las mujeres que, enfundadas en neopreno, imparten clases a familias, turistas, parejas o niños. Una de ellas es su amiga Haizea, con la que con 13 años se animó a participar en un campeonato de surf en Biarritz. Quedó subcampeona. Aquello fue una premonición: el surf iba a darle muchas alegrías.  

Más presencia femenina

En la última década, las cosas han cambiado mucho y las mujeres se han hecho un hueco en un deporte tradicionalmente masculino. Según cuenta Enara, no es raro que algunos alumnos que llegan a Zurriola Surf Eskola pidan directamente una monitora para sus clases. Tal vez, reflexiona, “porque las mujeres, normalmente, son más empáticas y precavidas. No digo que sean mejores que los monitores. Simplemente es diferente”.  

Una vez pasado el verano volverá a La Laguna, en Tenerife, donde se instaló el año pasado para estudiar el doble grado de ADE y Marketing en la Universidad Europea de Canarias. Entre septiembre y diciembre, compaginará las clases con su participación en diferentes Open de surf. ¿Cómo se lo monta para ir a pillar olas? “Cojo mucho la guagua para poder meterme al agua unos tres días a la semana”, dice. En su momento, pudo elegir entre estudiar en Valencia o Madrid, pero, claro, en ninguno de esos destinos se puede surfear. Y el surf es un deporte que engancha con facilidad: sin darte cuenta terminas todo el día colgado de las aplicaciones de los móviles, pendiente del parte de olas.