EN 1970 se realizaron los primeros contratos de trabajadores de Lumbier en la empresa Argal, ubicada en Etxabakoitz (Las instalaciones en Lumbier en aquel momento se encontraban en fase de construcción). Iniciamos el aprendizaje con los compañeros de Etxabakoitz y transcurrido un año nos tocó echar a andar las instalaciones nuevas, como operarios de Argal en Lumbier.

Fueron tiempos difíciles, sobre todo en el momento que cierran la empresa de Etxabakoitz, y los operarios jóvenes de Lumbier participamos activamente para que todas las personas que desearan seguir en Argal fueran trasladadas a la nueva factoría de Lumbier. En el pueblo hubo personas que no aceptaron de buen grado que 56 personas provenientes de Etxabakoitz mantuvieran su puesto de trabajo trasladándose a diario hasta Lumbier.

Teníamos muchos retos que afrontar, las mujeres peleamos por la igualdad salarial, el ascenso de categorías, la readmisión de dos compañeros despedidos. Nos acompañaron y apoyaron en aquella huelga de todas las Cárnicas de Navarra junto al Pamplonica, Mina, Ciganda, el Kiliki, Itarte, otros trabajadores de Pamplona y comarca en la defensa de similares reivindicaciones. Con firmeza, solidaridad, peleando duro, en convenios posteriores, conseguimos contrataciones fijas, igualdad salarial, reducción de jornada e intentamos con todas nuestras fuerzas defender desde el comité de empresa que no hubiera discriminación por razón de sexo, raza o diferencias ideológicas. (No fueron siempre rubricadas).

A partir de 1985 nos dejamos en el camino nuestro mayor tesoro la igualdad salarial. No queremos culpabilizar a nadie, seguro que todos vivimos esos momentos con diferentes grados de rabia.

En diciembre de 2009 un nuevo convenio firmado para cuatro años hace efectivas la contratación de 25 personas con contrato indefinido, la prejubilación de 25 personas que cumplen 60 años y que serán sustituidos por 25 contratos de relevo desde 4 años y medio a 5 años, en diferentes fechas desde 2009 a diciembre de 2012.

Además de otras mejoras salariales, la estrella de este convenio es que 75 personas mejoran su situación laboral y no hay trabajadores perjudicados, cumplir 60 años y después de 45 ó 43 años de realizar jornadas de trabajo en cadena bien merece una jubilación digna y ser sustituidos por personas que hasta ahora trabajaban en Argal con contratos eventuales.

Y en estos momentos en los que aparece la intención del Gobierno de incrementar la edad de jubilación a 67 años, no debemos quedarnos callados, los hombres y mujeres que desde edad temprana nos ha tocado trabajar duro, con humedad, frío, sin las protecciones, ni los medios mecánicos que hoy existen, nos rebelamos solidariamente contra esta medida. Planteamos a los representantes sindicales y políticos que, antes de aprobar estas medidas, se den una vuelta por los tajos y escuchen a los trabajadores.

Emilio Serrano Izko (prejubilado de Argal con 20 años en el comité) y Marife Burguete Zubillaga (prejubilada de Argal con 36 años en el comité)