Pongos políticos
Todo el mundo tiene un pongo en su vida. Y ¿qué es un pongo? Según lo definen por la red, sería ese objeto de dudoso gusto que acostumbran a regalarte por compromiso sobre el cual te preguntas: Y esto, ¿dónde lo pongo? Sirve lo mismo para una prenda de vestir, que al verla piensas con horror "esto ¿cuándo me lo pongo?", o ese trasto que compraste convencida de que lo usarías todos los días y que al final, muerto de asco en un rincón, no sabes dónde poner. Los pongos son de quita y pon, ni están de moda ni dejan de estarlo, ni están bien ni están mal, dependen de los gustos de cada uno, pasan de unas manos a otras pero siempre se mantienen. Pero mirado con humor y en sentido metafórico, valen también para otros aspectos de la vida. La Política sin ir más lejos, ese arte del Quítate tu pa ponerme yo... que dice la canción. ¿Cuántas veces se habrá repetido esta semana la pregunta "¿A quién pongo?" entre las altas instancias del nuevo Ejecutivo navarro. Y es que al final, al margen de siglas, de partidos de izquierdas o de derechas, parece que todo se reduce a poner a unos y no a otros en determinados puestos. Y poco a poco vamos sabiendo quiénes son los nuevos pongos, con todo respeto, porque las consejerías, las direcciones generales, todos los cargos de libre designación... son cargos de quita y pon, que hoy estás y mañana no, que a veces gustan mucho cuando te los regalan y no tanto cuando te tienes que desprender de ellos o la inversa. Todavía es pronto para saber si servirán o no, les acaban de poner. Tiempo al tiempo.