en Navarra concurren a estas elecciones 14 candidaturas, el número de opciones más alto desde 1979. Y ocho de ellas tiene opciones de obtener representación en el Parlamento. El pluralismo político es un elemento básico del sistema democrático. Garantiza el avance en la construcción de la democracia real y asienta el derecho a la participación democrática de las personas en la política. Por sí solo no es garantía suficiente, pero la pluralidad de opciones electorales presenta mayores garantías democráticas que el bipartidismo conformista con una democracia formal que excluye la presencia ciudadana en la toma de decisiones y trata de reducir la idea democrática a elecciones periódicas. Es precisamente a los poderes fácticos que campan a sus anchas en ese modelo reducido, oscurantista y controlado a quienes les molesta la pluralidad democrática. El bipartidismo no pretende una mejor y más justa representación democrática de los ciudadanos, un modelo más abierto y plural y menos sujeto a la burocracia partidista, ni mayor estabilidad institucional, sino favorecer el control de la democracia en función de los intereses de los grandes partidos y de los grupos de presión. Un modelo asentado en la podredumbre de la corrupción y el saqueo de los recursos públicos que ha corroído el sistema político del viejo régimen.
