Quería hablarles de mi trabajo como celadora en el Complejo Hospitalario?. Nuestra principal función es el traslado de los pacientes dentro del recinto hospitalario, y éste puede realizarse de dos maneras diferentes, bien encamado, bien trasladado en silla de ruedas, manejadas ambas por el celador o celadora correspondiente. Pues bien, cuando el celador acude a buscar una silla de ruedas para tal traslado, en la mayoría de las ocasiones se encuentra con que no hay ninguna disponible en la planta o sección donde ha de recoger al paciente, o la única que hay se halla en un estado deplorable. La impotencia que se nos apodera es enorme? “mira en otra planta”, “búscate la vida”, “pide a un compañero”, suelen ser las respuestas que recibimos por parte de las y los compañeros de planta y, ¡ojo!, que no lo digo en sentido negativo, también soy y he ejercido como auxiliar de enfermería y comprendo que poco o nada pueden solucionar en ese momento.

Actualmente, la mayoría de los pacientes que a mí particularmente me toca trasladar se hallan ingresados en el pabellón C, y han de acudir a su tratamiento con la medicación pautada por vía intravenosa e incluso en la mayoría de las ocasiones con una bomba de infusión y ambas requieren de un palo metálico donde colgar y aposentar. A veces también han de portar una pesada bala de oxígeno. Ahora imaginen la escena: acudes a por el paciente, y si tienes la suerte de que haya una silla disponible, o ni tiene palo de gotero ni recipiente donde colocar la bala, o la parte donde colocan los pies está rota, o bien, maravilla de las maravillas, en ese momento estás de suerte y te toca una en perfecto estado.

Mi petición es para las altas esferas que manejan los presupuestos anuales?. Teniendo en cuenta que una silla de ruedas equipada con palo de gotero y portabalas sale al por mayor por unos 150-175€, ¿tan difícil es hacer una compra que equipe cada planta o servicio con 3 ó 4 sillas nuevas y donen las antiguas? El gasto podría ser en dos o tres años, entiendo que hay mucho departamento, pero también entiendo que es un gasto menor dentro de los equipos hospitalarios que se adquieren.

Se podría incluso realizar un pequeño control, anotar el nombre del celador que retira la silla y su posterior devolución, es un pequeño esfuerzo por parte de todos los colectivos que revertirá en un bien para el paciente y para nosotros mismos, que en ocasiones hemos de hacer filigranas para encontrar silla o aposentar lo que el paciente porta consigo.

Señores ¡somos celadores, no magos!, no podemos sacarnos una silla de la manga cuando no la hay, y en más ocasiones de las que quisiéramos el paciente llega tarde y nosotros malhumorados debido a esta circunstancia. Así que, por favor, ruego a quien corresponda este tipo de aprovisionamiento, se dé una vuelta por los departamentos, compruebe las sillas disponibles y trate de subsanar esta carencia, que no es de recibo que tengamos que sujetar con bridas plásticas el palo de gotero a la silla, como el otro día le tocó hacer a un compañero.

Gracias por su atención.