Como muchos pamploneses y navarros he intentado comprar entradas para OT, y como la mayoría no ha sido posible. Lo intenté el miércoles en la preventa y no pude, y lo intenté el jueves en las páginas oficiales y mi mujer en el propio centro comercial y tampoco. El miércoles no estaban a la venta las de pista ni muchas de a 52,00 €. El jueves se vendieron solo unas 120 entradas. ¿Cómo se vendieron las 11.000 restantes?
Cuando se dijo que estaban agotadas las pude encontrar en una página (que las revende) al doble de su precio, pero no las compré. ¿Por qué se permite la reventa? Se podría evitar mucho si no se pudieran comprar por internet, que es la manera de que esto esté más descontrolado y los de a pie no sepamos cómo controlar cuántas salen a la venta, cuándo, cómo y a quién se venden.
Al final algunos conocidos pudieron comprarlas y otros seguro que las pudieron conseguir, y digo bien, conseguir. Porque seguro que hay maneras extraoficiales para conseguir (entiendo que pagando) estas entradas. Porque estoy seguro de que algunas de las más de 11.000 entradas que dijeron “se ponían a la venta” se las habrá reservado el Ayuntamiento (posiblemente), el Gobierno de Navarra (también es posible), la Casa Misericordia (muy probable), alguna caja o banco para sus mejores clientes (también puede ser) e incluso la misma Amaia para sus familiares y amigos (del todo respetable).
¿Hasta dónde queremos permitir estas maneras de poder conseguir entradas o privilegios? Y digo queremos porque en mi caso, por ser un cliente preferente (según mi banco), en Navidades me ofrecieron unas entradas para un festival, a las cuales accedí, para luego enterarme de que los padres de una niña que actuaba en dicho festival no las podían conseguir de ninguna manera, pero al oírlo consulté en el banco y, no sin dificultades, las conseguí para ellos también.
Estoy seguro de que en algún momento (tú que lees esta carta) habrás estado en una situación como esta, y por supuesto te habrás aprovechado de ella. Por eso pregunto hasta cuándo vamos a permitir esto. ¿O solo nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos vemos perjudicados? Cuando conseguimos entradas de manera extraoficial deberíamos pensar en el que no las ha podido comprar y no en que si no las consigo yo las conseguirá otro.
Para mí esto es injusto, porque creo que todos deberíamos de tener las mismas oportunidades para acudir a estos eventos (o cualquier otro como final de la Copa del Rey en su día, sitio en el balcón para chupinazo o encierros...) seamos quienes seamos, trabajemos en un sitio u otro, tengamos más o menos enchufes...
Todos deberíamos hacer una reflexión sobre esto y creo que todos deberíamos intentar que esto no vuelva a suceder.
PD: A mí también me parece correcto que Amaia reserve unas entradas para sus amigos y familiares. Si yo soy alcalde, concejal o lo que sea, no permito que mi hija se quede sin ir al concierto? si trabajo en... Pero dónde ponemos el límite.
Y sobre todo que nos expliquen cómo se vendieron estas entradas. En este caso se ha jugado con la ilusión de muchos niños y jóvenes.