n los contextos difíciles, escuchar y compartir resulta imprescindible. La crisis que vivimos tendrá múltiples consecuencias; en lo sanitario, en lo social, en lo económico y en lo laboral. Por eso, reflexionar y acordar con quienes trabajamos en esos ámbitos es obligado. Ese es el sentido del diálogo social con los sindicatos, patronales y gobiernos.
En este contexto tan delicado, la política tiene que ser útil y ágil, se trata de acertar con las medidas y aprobarlas cuanto antes. Por eso, desde el inicio de la crisis, CCOO hemos enviado al Gobierno de Navarra varios documentos con diferentes propuestas. El último que remitimos contenía 90 medidas para reforzar la protección social.
Es central que ahora todas las entidades e instituciones colaboremos. Y es central hacerlo con una brújula social, porque necesitamos fijar unas buenas bases para el futuro, porque necesitamos un contra ejemplo, un nuevo modelo de salida de la crisis, en contraposición con lo que se hizo en 2011. No es el momento de quienes pedían más recortes o una fiscalidad más laxa, es nuestro momento, el de quienes hemos pedido más protección social, más Estado del Bienestar, reforzamiento del ámbito público y más ayuda a la gente con dificultades.
En el acuerdo que acabamos de firmar con el Gobierno de Navarra, junto con UGT y CEN, hay tres elementos centrales. En primer lugar, se establece que el presupuesto disponible, vía Gobierno central, Europa o disponibilidad de crédito, se usará para el mantenimiento del empleo, el apoyo a los trabajadores y trabajadoras que se encuentran en ERTE y el refuerzo de políticas sociales como las de conciliación.
Lograr que tras el cobro de la prestación por estar incluido en un ERTE, la gente llegue a cobrar como mínimo el SMI y evitar las situaciones de pobreza laboral es clave. Corregir esas situaciones ha sido nuestro objetivo durante todo el proceso de negociación, por eso todas las partes nos dedicaremos, del 1 al 31 de julio, a buscar la mejor y más ambiciosa fórmula para lograrlo.
En segundo lugar, se concretan una serie de medidas para ayudar a las Pymes, que son la base de nuestro tejido empresarial, el 80% de las empresas tienen menos de 10 personas en plantilla. Apostar, especialmente hoy, por el productor local es importante. Por eso en el acuerdo se dice literalmente que "poner en marcha a la mayor brevedad una campaña de estímulo del consumo orientada a servicios y/o productos locales", con la responsabilidad de que se apruebe el presupuesto necesario para ello.
Y, por último, se coloca la conciliación en el centro de la preocupación institucional, de forma prioritaria y contundente. Uno de los problemas del mercado laboral navarro es la enorme brecha de género en salarios. Y una de las grandes preocupaciones de esta crisis sanitaria ha sido precisamente la de la conciliación. Unir ambas cosas en un documento firmado por sindicatos, patronal y gobierno es un paso adelante, con efectos en el medio plazo y con valor simbólico, porque las mujeres trabajadoras son las principales beneficiarias de cualquier medida a favor de la conciliación.
Hay que tener en cuenta que los sindicatos nos ganamos nuestra representatividad pulso a pulso, elección tras elección. Representamos a la gente trabajadora y democratizamos la organización interna de los centros de trabajo. En el caso de CCOO, por ejemplo, más de 97.000 personas representan a la clase trabajadora y cerca de un millón de personas afiliadas fortalecen el músculo sindical de nuestra organización. El diálogo social y la interlocución prioritaria, por lo tanto, no es una especie de privilegio que concede el gobierno de turno.
El Consejo del Diálogo Social es un parlamento en miniatura donde se deben acordar las cosas que afectan al mundo del trabajo. No es algo discrecional, se basa en los resultados electorales, en el voto directo de la gente trabajadora.
Por eso, fortalecer organismos de estas características es fundamental como elemento de cohesión social y avance de derechos. A nivel estatal, por ejemplo, el diálogo social está siendo clave en las medidas con mayor potencia social. En ese ámbito es donde se ha negociado el Ingreso Mínimo Vital y la previsible extensión de los ERTE.
Además de la legitimidad democrática que tenemos los sindicatos, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones somos quienes hacemos cumplir la ley en las empresas. Especialmente relevante es este papel en cuanto a la salud laboral, pero también en la igualdad de género. Por lo tanto, es obvio que consultar y consensuar las medidas laborales con quienes las pondrán en marcha resulta una actitud obligada.
En opinión de CCOO es momento de poner encima de la mesa medidas ambiciosas que protejan a la gente trabajadora, y en ese camino trabajarán los hombres y mujeres del sindicato. Es el momento de recuperar el sentido del diálogo social como elemento de cohesión social, es momento de replantearnos la forma en la que crecemos económicamente y fortalecemos socialmente nuestras políticas.
El autor es secretario general de CCOO Navarra