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Editorial

Padre Moret, símbolo de la amabilización

ue una de las primeras medidas que adoptó el equipo de Navarra Suma nada más entrar al Ayuntamiento de Iruña. Abrir la calle Padre Moret al tráfico, además de reponer aparcamientos en el eje de Pío XII y recuperar la avenida de Ejército sin recurrir a la historia de Navarra y mucho menos a una reina, Catalina de Foix. Moret era una de sus obsesiones por revertir las medidas impulsadas por el cambio. Y sobre todo para dinamitar la amabilización que impulsó el gobierno de Asirón y en la que Moret era pieza estratégica para habilitar una gran zona peatonal por Sarasate y Ciudadela. Maya llegó a asegurar que la amabilización no mejoraba la calidad urbana de la zona y que "no la había pedido nadie" (2017). Como para no acordarse de su revancha, la apertura de un 20 de abril, en pleno confinamiento y bajo el argumento de que se trataba de una demanda de vecinos y comerciantes, y en contra del criterio del resto de formaciones de progreso. La calle quedará restringida a partir de febrero a vecinos y comerciantes. Por Moret llegaron a circular 14.000 vehículos diarios, cifra que se redujo a 1.121 con el cierre y que volvió a subir a 2.655 con su reapertura. Antes de entrar en vigor la medida deberá pasar por la Junta de Movilidad, trámite que no siguió Navarra Suma. Moret no es cualquier vía. Es la única entrada que quedaba a un Casco Viejo blindado tras el cierre al tráfico y la amabilización del centro. Aunque seguía vetado Yanguas y Miranda al llegar al Parlamento, desde Navas de Tolosa, se podía enlazar con la avenida del Ejército o con la Baja Navarra desde San Juan, San Jorge o Rochapea, lo que suponía un alcorce que si bien es cierto no estaba siendo ahora muy utilizado (tantos cambios confunden a la gente) incitaba al uso del vehículo privado. Navarra Suma la cierra como pago al PSN desde la humillación, no de la convicción. El mismo grupo que apostó por abrir esta vía estratégica, ralentizando a su vez el transporte público (con las quejas de la Mancomunidad), introduciendo más tráfico en las calles del centro y nuevos niveles de contaminación, ahora ve oportuna su clausura. La misma coalición que tampoco pensó meses atrás en las personas que ya se habían acostumbrado a la semipeatonalización del centro. Habrá que ver si el pacto entre la coalición de derechas y el PSN se sigue cumpliendo más allá de los puntos relativos a la movilidad en los que da la impresión de que la derecha sigue cediendo obligada no sólo por la nueva movilidad postcovid, sino también por la propia normativa medioambiental.