Intensidad. Puede ser una buena síntesis para definir la época o situación que se prolonga ya un año en nuestras vísceras terrenales. Tumultuosa e incrédula tampoco irían mal, pero la realidad ya se encarga de mantener el giro de tuerca amarrado al gaznate. Si en Donostia no sonaron los tambores de su día grande invernal, los carnavales en Tolosa presumiblemente ya estarán en la recámara viendo que en Iruñea empieza a preverse unos segundos Sanfermines en off. ¿Incomodidad? La asfixia generada en marzo de 2020 ha variado. La novedad ya pasó y me atrevo a decir que estamos casi acostumbrados/as (con todas las comillas aceptables y los "¡pues estarás tú acostumbrado!" que pueda escuchar) al uso de la mascarilla y que incluso en días de crudo frío ha servido de capa protectora para la garganta. Y no digo con esto que estemos habituados/as a llevar la boca tapada y gran parte de los rasgos faciales anulados. Vilipendiados/as en una ráfaga de datos e informaciones cambiantes a golpe de viento como una veleta denostada en un caserón abandonado. Ante semejante carga de incertidumbre colada en los bares/restaurantes que todavía quedan en pie, empapada en la calle, y cimentada en nuestras casas, quiero elogiar la constancia y capacidad de poner voz a la duda, dar importancia a la conveniencia de la reflexión, a la oportunidad que a través de la crítica durante los últimos años-décadas lleva haciendo el periodista guipuzcoano Iñaki Gabilondo Pujol. Siempre subido en la actualidad e inquieto por lo que en ella sucede es llamativo, y para tenerlo en cuenta, que deje de hacer su lectura diaria más latente por empacho, y por no querer convertirse en un cenizo pesimista. Respetable su decisión, faltaría más. Llegarán más y queda mucha energía en boca de Otamendis, Landaburus, Atxagas o Biurrunes, por supuesto, con opiniones e ideales al gusto cual colores, pero hay que ver cómo percibirá la realidad que estamos sufriendo para que a una mente tan inquieta, y desde mi punto de vista, tan precisa como la suya, le haya vencido el agotamiento. Cuerda para rato Iñaki. Mila esker!