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Javier Encinas

Brotes Verdes

Dejé escrito hace dos semanas en este mismo espacio que el hartazgo y la resignación se han extendido entre la ciudadanía después de casi un año de pelea contra la covid. Dos sentimientos que, si bien siguen hoy igual de vivos, empiezan a ceder espacio a la esperanza como consecuencia de un cúmulo de pequeños brotes verdes que asoman por el horizonte y que podrían estar indicando que ¡ya era hora! quizá hemos entrado en el principio del fin de esta pandemia. No es cuestión de llamar a los campaneros para que lo den todo como les gusta hacer en cualquier festividad religiosa del tres al cuarto, pero es obvio que nos encontramos ante un escenario bastante más despejado que el que nos dejaron las Navidades, de las que salimos tocados del ala, pese a celebrarlas de forma más que constreñida. En los últimos días hemos empezado a tener motivos para ver la botella medio llena. No en vano, estamos ante la tasa de positividad más baja desde julio y en las residencias, donde el virus llegó a hacer estragos, los positivos han caído en picado hasta convertirse en algo casi residual. Todo indica, por lo tanto, que la vacunación, pese a ir más lenta de lo deseado, funciona. Y hay montones de datos que invitan a pensar que el número de contagios, y sobre todo el de afectados por la covid, va a mantener su tendencia a la baja. Entre tanto, los laboratorios anuncian un aumento significativo del suministro de dosis a partir de abril, lo que ha de traducirse en un incremento considerable de las personas inmunizadas, que es la antesala de que recuperemos la ansiada normalidad. En este escenario, el Gobierno de Navarra optó ayer por suavizar las prohibiciones a partir del día 26. No supone un gran avance con respecto a la situación actual, pero al menos aliviará algo la agónica economía de muchos hosteleros al permitirse el acceso en sus interiores, pese a que esté limitado al 30% y a un cierre propio de discoteca infantil. En todo caso, convendría que se acierte con las medidas que aminoran las restricciones con el fin de que la desescalada deje de ser algo muy parecido al baile de la Yenka y no sigamos dando un paso hacia adelante y dos hacia atrás.

Convendría que se acierte con las medidas que aminoran las restricciones con el fin de que la desescalada deje de ser algo muy parecido al baile de la Yenka