a puesta en escena de la docuserie sobre Rocío Carrasco -tercer y cuarto capítulo del culebrón- dice mucho del impacto social que está teniendo el tema. Un debate seguramente más interesante que la historia en sí misma convertida en espectáculo. Un relato que en todo caso cala entre nuevas generaciones que apenas se identificaban con los contenidos de Telecinco. La cantante francesa Barbara Bravi, de 27 años, activista en la lucha contra la violencia machista, presentaba su Voilà minutos antes de emitirse el docu. Un debate que enfrenta en este momento a la sociedad como divide a los tertulianos de Telecinco que durante tantos años han sido cómplices de este circo. No se trata de creer o no creer a pies juntillas a Rociíto ni de confesar sus errores, sino de reconocer o no que esta mujer sufrió violencia principalmente psicológica. En el último debate abogadas y periodistas se mojaron con argumentos legales defendiendo a una mujer que por otro lado desmonta con testimonios pero también con papeles la versión de su exmarido respecto a su papel como pareja, hija y madre o sus presuntas infidelidades, además de evidenciar la persecución a la que fue sometida previo pago a intermediarios. "Mientras este señor estuvo en mi vida mi madre vivió acojonada", aseguraba. La causa judicial por maltrato de Rocío no está cerrada, hay un auto que se puede reabrir, advertía una conocida letrada demandando la intervención de la Fiscalía. El tema trae cola. Y puede tener más repercusiones a futuro. Un show, sí, pero con mucha miga.