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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Neandertales y sapiens

nálisis de ADN de individuos europeos de hace 45.000 años demuestran que tenían antepasados más o menos directos con la especie de los neandertales. Todo un descubrimiento para la historia evolutiva del hombre. Es decir, que los neandertales eran más humanos de lo que pensábamos, que no se extinguieron sino que fueron absorbidos por los homo sapiens, nuestros antecesores que cazaban con jabalinas y lanzas. Reconozco que el tema me fascina. Todavía recuerdo la primera vez que vi la premiada película En busca del fuego (1981), dos especies humanas -tribus de sapiens y neandertales- luchando por el fuego. Era en el viejo cine de Burlada, yo tendría 17 años, y había escenas demasiado violentas para la todavía niña que entró a aquella sala. Si la humanidad, como dicen, es resultado de un cruce infinito -migraciones que llegaron de África a Europa y Asia- es absurdo hablar de razas o de especies superiores. Tampoco la nuestra. De las tribus de los hombres de las cavernas (ahí está el joven de Loizu) sabemos lo que hemos ganado pero también que hemos perdido otras muchas habilidades. ¿La evolución nos hace más fuertes? ¿Cómo seremos dentro de unos años? ¿Tendremos amputados los muñones de los dedos por darle a un botón? ¿Qué capacidad tendrá nuestro cerebro en un mundo tremendamente digitalizado y despegado de la realidad? ¿Pasará factura la pandemia en nuestra capacidad de resistencia? ¿Cuál es la evolución entre nuestros abuelos y la generación BIT nacida a partir de 2010 que ha utilizado la tecnología para conocer el mundo? Ya les digo, la escena de hibridación entre una sapiens y un neandertal me dejó tocada.