l modelo de explotación ganadera de la empresa Valle de Odieta, situada en el término de Caparroso, está generando un gran debate en nuestra sociedad. En parte, contagiada por la polémica creada por el recientemente rechazado macroproyecto de Noviercas, propiciado por la misma empresa, y en parte por las distintas denuncias de irregularidades medioambientales y por ser la primera que en Navarra intenta implantar el modelo de las llamadas granjas industriales.

En nuestra comunidad se intentó limitar legalmente el número máximo de cabezas de ganado a través de la Ley Foral de Sanidad Animal, pero el Tribunal Superior de Navarra, mediante sentencia, anuló dicha limitación por quebrantar el principio de libertad de empresa sin demostrarse el riesgo para la salud de los animales.

Recientemente aprobamos en el Parlamento de Navarra una moratoria para que no puedan ampliarse las explotaciones actuales, mientras se prepara un nuevo Proyecto de Ley Foral para adaptar la Ley de Sanidad Animal de Navarra y garantizar las condiciones en las granjas industriales.

El modelo de ganadería industrial, las llamadas macrogranjas, tiene serios inconvenientes de gestión puesto que generan una colosal cantidad de residuos (purines y estiércol) muy difíciles de tratar, consumen ingentes cantidades de agua y recursos, y además necesitan grandes infraestructuras viarias, hidráulicas y de evacuación.

El modelo de explotaciones ganaderas del PSN-PSOE es el que favorece un desarrollo equilibrado y respetuoso con el entorno, el que contribuye a la vertebración social, a la cohesión en Navarra, a fijar la población en el territorio. Es, en definitiva, el modelo de la ganadería extensiva tradicional.

Navarra, creemos los socialistas, no debería pretender competir en cantidad, ni en abaratar el precio del litro de leche o el kilo de carne... El camino es diferenciarse por ofertar un producto de calidad, con el valor añadido de una gestión ganadera integral, ecológica, respetuosa y sostenible.

Pero dicho todo esto, los socialistas no vamos a demonizar injustamente a la ganadería industrial. Recordemos que allá por principios del siglo pasado, la aparición de granjas industriales tanto ganaderas como agrícolas supuso abrir la posibilidad de acceso a proteínas y vitaminas para los ciudadanos más desfavorecidos, alimentos hasta entonces sólo accesibles a los estratos sociales más adinerados... hoy, por desgracia, se siguen produciendo algunas situaciones similares.

Y además, siendo realistas y pensando en una legislación europea que mantiene como derecho prioritario el libre desarrollo empresarial y la libre competencia, limitar el tamaño de granjas en función del número de cabezas de ganado es muy complicado, siendo necesario argumentarlo muy bien y por razones de salud pública o de seguridad alimentaria.

Por eso entendemos los socialistas que entre una explotación familiar, una ganadería extensiva para consumo y venta de cercanía, y la granja proyectada en Noviercas con veinte mil cabezas de ganado...tiene que haber un punto de equilibrio.

Y en nuestra opinión las condiciones de ese punto de equilibrio deben estar definidas en la Autorización Ambiental Integrada (AAI) que concede la administración competente, en este caso el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

La AAI, una obligación legal para todas las actividades con impacto medioambiental, es el plan de acciones que se compromete a adoptar la empresa para reducir el impacto en el medio ambiente derivado de su actividad, y que tiene un enfoque preventivo para propiciar tanto la reducción de la cantidad de residuos generada como la gestión de esos residuos generados para su reciclado, reutilización y aprovechamiento.

Es además la AAI la que debe regular el uso eficiente de los recursos que se consumen en los procesos agroindustriales, especialmente la energía, el agua y las materias primas que se utilizan, la que debe establecer los valores límite objetivos, los sistemas y procedimientos de control, y por último las responsabilidades de titulares y condiciones de cese o cierre de la actividad.

En definitiva, la finalidad de la AAI es que las instalaciones industriales adopten las medidas necesarias para limitar al máximo el impacto de su actividad en el medio ambiente y definir responsabilidades.

Precisamente por todo lo anterior entendemos desde el PSN-PSOE que es importante ser muy exigentes en lo relativo a las condiciones y las obligaciones de respeto ambiental recogidas en la AAI de la granja Valle de Odieta de Caparroso, y en la vigilancia de su cumplimiento.

En definitiva, en nuestra opinión no se trata tanto de limitar las granjas en función del número de animales, sino en imponer unas estrictas limitaciones medioambientales a través de la necesaria Autorización Ambiental Integrada, tanto en la gestión de residuos como en el uso de recursos y materias primas, unas condiciones en resumen proporcionales a su tamaño y a sus beneficios.

Se impone en nuestra opinión un debate sereno, realista, más en torno al cómo que sobre el cuántas.

El autor es portavoz del PSN-PSOE en la Comisión de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Parlamento de Navarra