La semana pasada escribí sobre las oposiciones de profesorado a educación secundaria argumentando que ni son objetivas, ni justas, y además anacrónicas. Después de leer la carta de la profesora de Biología y Geología con 33 años de docencia y tribunal de oposiciones de este año, todavía sigo más perpleja e indignada si cabe, esta vez como amatxi.

Me explico, al quedar plazas sin cubrir, es evidente que el departamento de Educación del Gobierno de Navarra va a tirar de listas, así que va a contratar a profesorado que no ha aprobado la oposición, a ese profesorado que no lo ha considerado "apto". Con lo cual deduzco que mis nietos y nietas van a tener profesorado que no sabe redactar un texto con "una adecuada introducción, justificación ni organización", ni tampoco sabe "concluir un texto", ni en clase va a "disponer de unas actividades variadas" y, lo más grave; va a ser un profesor o profesora que no es capaz de "transmitir esos conocimientos de una forma atractiva, equilibrada y adecuada para las exigencias de nuestro alumnado y nuestra sociedad actual" y, para más inri, puede ser que tengan "faltas de ortografía o expresión". O sea, parte del profesorado que los tribunales lo ha considerado "no apto" va a ser contratado para preparar el futuro de nuestras generaciones. ¿No es esto una incongruencia supina, ergo, estafa? Estoy devastada y avergonzada. ¿De verdad que este tipo de profesorado tan mal preparado, según la profesora de Biología y miembro del tribunal, va a ser el contratado para impartir clases a nuestros adolescentes de institutos públicos?

Lo que comentaba en la carta anterior; señoras funcionarias y señor consejero, pónganse las pilas, desapoltrónense y piensen en un sistema más equitativo, un sistema que cubra en un cien por cien las necesidades de nuestro alumnado, así lograríamos una educación de calidad.