Todos sabemos que en cualquier asunto hay alguna excepción. Si alguna presa puede interesar ser mantenida ésta es la de Santa Engracia al suponer más beneficios que perjuicios para Pamplona y sus habitantes.Es necesario calibrar de manera objetiva esta situación y analizar una gran cantidad de matices:1. Seguramente ninguno de los miles de firmantes a favor del arreglo de la presa estará en contra de la buena salud del río Arga, tanto animal como vegetal.2. Nadie está en contra de la CHE ni de ciertas leyes europeas que sean positivas para la naturaleza y los ciudadanos y siempre que sean objetivas y sujetas a mejora.3. La riqueza piscícola, casi ausente a día de hoy en el tramo de San Pedro a Santa Engracia, podría remontar con la correspondiente rampa en la presa pero, ¿hasta dónde?4. Con la desertización del Arga en la Rochapea se incide en la lamentable paralización de las actividades deportivas del Club Naútico Navarra de Remo por ser el más afectado, pero se escribe poco sobre los descensos habituales de piragüistas desde el Club Natación hasta la Rochapea y acerca de los concursos de pesca, actualmente eliminados, y a veces organizados por los ayuntamientos de Pamplona de cualquier color.5. Se dice que la presa acumula sedimentos favorecedores de inundaciones, cuando en esa situación y con fuerte riada, las aguas saltan con facilidad por encima de la misma.6. La histórica presa de Santa Engracia (siglo XIII) se merece algo más que mantenerle unos restos. Merece su rejuvenecimiento total.7. Y quizá lo más definitivo, con la eliminación de la presa solo se obtienen situaciones negativas y parciales, ya que a continuación habría que derribar la presa de San Pedro (siglo XIII) y la de Biurdana o San Jorge (siglo XIV).Y pregunto, ¿quién y cuándo se atreverá a ejecutar ese atentado contra nuestra Historia?