estinos que dejan huella, una huella positiva, esos lugares a los que sueñas con volver sabiendo lo que te vas a encontrar y lo que quieres dejar para futuras visitas. Lugares que cuidas y que te cuidan. Convertirse en uno de esos destinos es uno de los objetivos de Navarra en la feria de Fitur, la Feria Internacional de Turismo en la que este año suenan más que nunca palabras como sostenible, ecológico, naturaleza, cultura, gastronomía, proximidad... Navarra es un buen destino para los tiempos actuales, quizás porque nunca ha estado entre los grandes y porque a fuerza de ser pequeña es una de esas comunidades que acoge al visitante y trata de cuidarlo convencida de que solo una sensación satisfactoria hará que la visita se repita. La forma de viajar ha cambiado, el mundo es mucho más accesible y volar, con todo el desgaste que supone para el medio ambiente, está al alcance de casi todos los bolsillos. Es como si todo estuviera más cerca, como si las distancias se hubieran acortado gracias a los low cost y a las nuevas tecnologías. Pero eso no necesariamente es bueno, ni mejor. La gentrificación, la saturación de muchas zonas turísticas, la sobre explotación del sol y playa, el boom de los alojamientos turísticos que acaban por vaciar de vecinos los centros de las ciudades... Hay muchos retos a los que dar frente hasta poder hablar de un turismo sostenible de verdad. Por eso buscamos cada vez más lugares que nos inviten al relax, a alargar el tiempo, a disfrutar de esa placentera sensación de no hacer nada. Menos estímulos exteriores y más estímulos que enriquezcan el viaje interior. Sin renunciar a seguir conociendo, pero disfrutando de lo conocido. Hoy en día se acumulan los viajes ya hechos como se amontonan las fotos en el móvil, pero lugares a los que volver son muy pocos, y esos son los que realmente cuentan a la larga, como las fotos que acaban en papel. Viajar cerca o lejos, pero volver a sentir la sensación de mirar con ojos nuevos. 2021 nos sirvió para conocer mejor la comunidad en la que vivimos. No había otra opción durante meses. Las fronteras cerradas obligaban a transitar en el caso de Navarra por lugares próximos, pero casi desconocidos. Así descubrimos riquezas hasta entonces ocultas, pueblos nuevos, paisajes diferentes, otras formas de vida al lado de la nuestra. Y estuvo bien, pero viajar todas sabemos que es algo más, que se empieza a viajar desde el momento que planificas un viaje y si es de los buenos no acaba cuando regresas sino cuando permanece el deseo de volver. Esos destinos que dejan huella, como quiere ser Navarra para quien la descubra.

Hoy en día se acumulan los viajes como se amontonan las fotos en el móvil, pero lugares a los que volver son muy pocos, y esos son los que realmente cuentan a la larga