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"Derechos Sociales demuestra una nula empatía y sensibilidad hacia nuestra hija"

Escribo esta carta para ponerle en conocimiento, y también al resto de la sociedad navarra, del trato totalmente injusto que está sufriendo mi hija por parte del departamento que usted dirige. El pasado 9 de mayo los periódicos se hicieron eco del suspensoen atención a la dependencia con una calificación de un 3,4 sobre 10, empeorando en medio punto a la adjudicada en 2020. Otro dato relevante es que somos la segunda comunidad donde más ha crecido la lista de espera. Quizás mi caso sea un reflejo de por qué le han suspendido por séptimo año consecutivo y un ejemplo de cómo su gobierno trata desde hace años a uno de los eslabones más vulnerables de la sociedad cuando no se trata de mítines o propaganda política. Somos una familia que residimos en un pequeño pueblo de la Ribera. Una de mis hijas de 37 años sufre discapacidad intelectual y un grado de dependencia severa. Hace 10 años el equipo del centro ocupacional de Tasubinsa en San Adrián, centro donde asistía hace años, junto con los técnicos del Departamento de Derechos Sociales nos aconsejaron que lo más idóneo para ella era un centro de día. El centro más cercano a nuestro lugar de residencia está en Calahorra (La Rioja) a 14 kilómetros, seguido de Estella a 37 kilómetros. Realizamos todos los trámites para que pudiera empezar a acudir al centro de Calahorra, con toda la complejidad burocrática que esto conlleva. Según nos vendieron era una de las virtualidades de la Ley de Dependencia, misma valoración en toda España, misma cartera de recursos, y posibilidad de ir al recurso de otra Comunidad si esto es lo más adecuado para la persona dependiente. Todo absolutamente lógico. Según defiende esta ley, mi hija tiene derecho a recibir el servicio de centro de día por su grado de dependencia y a un transporte para acudir al centro. Nunca hemos solicitado el trasporte a pesar de tener derecho a ello. Siempre hemos llevado y recogido a nuestra hija del centro. Nuestras circunstancias personales y familiares han cambiado y esto hace que cada vez sea más difícil seguir con nuestra propia logística. Por eso hace tres años contacté con el Departamento de Derechos Sociales y solicité una solución de transporte para mi hija. 3 largos años en los que lo único que han hecho es darnos largas y poner excusas (la pandemia, un convenio con la Rioja que nunca llega). 3 años en los que mi hija ha tenido que ausentarse en ocasiones al centro por imposibilidad nuestra de llevarla, lo que influye en su salud y bienestar. No podemos entender la problemática y como padres estamos indignados porque nos sentimos engañados y ninguneados por el mero hecho de residir en una población rural. El departamento de “Derechos Sociales” está demostrando una nula empatía y sensibilidad hacia los derechos de nuestra hija. Exigimos una solución de forma inmediata que pase por procurarle un transporte, para que pueda seguir yendo a un centro donde seguir desarrollando y trabajando sus capacidades. No nos vamos a cansar de reclamar nuestro derecho y vamos a aprovechar cada puerta y cada micrófono que nos brinden para denunciar la tremenda injusticia que estamos sufriendo por la irresponsabilidad y falta de seriedad del Departamento de Derechos Sociales.