Vincular a una persona, en este caso la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, unos indicadores de la comunidad autónoma, a modo de milagro o éxito personal, tiene poco soporte científico si nos atenemos a los datos y la evolución de los mismos en esa comunidad. Hay un efecto capitalidad. De hecho, la Comunidad de Madrid ha sido siempre la primera de las comunidades autónomas en PIB per cápita, incluso antes de que naciera la señora Ayuso. Por eso decía que vincular persona y dato es poco riguroso porque hay un histórico detrás que desmonta ese binomio.
Otro hecho. La Comunidad de Madrid se beneficia del hecho de que la recaudación tributaria guarda una correlación superior a la unidad con el PIB per cápita. Por eso sus ingresos son tan importantes. Dicho de otro modo. Si Ayuso en lugar de ser presidenta de Madrid lo fuera de Extremadura, que tiene la mitad de PIB per cápita que la Comunidad de Madrid, con los mismos habitantes en ambas comunidades, recaudaría menos de la mitad. Esa mayor capacidad fiscal de Madrid le otorga una ventaja a pesar del sistema de reparto de fondos.
Pero hay más. Las competencias fiscales ejercidas por la Comunidad de Madrid en materia del Impuesto sobre el Patrimonio, que no tributa, la escala autonómica del IRPF y el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, provoca deslocalizaciones de personas físicas con altos patrimonios y/o rentas. Esos contribuyentes desplazados también se convierten con el paso del tiempo en contribuyentes del Impuesto sobre Sucesiones de la Comunidad de Madrid. Por cierto, estas rebajas fiscales no las ha aplicado el señor Feijóo en Galicia, hasta hace muy poco presidente de la citada comunidad y actual presidente del PP.
En definitiva. Un contexto muy concreto al que sumar la presencia de la Administración Central del Estado, con sus más de medio millón de funcionarios cualificados y bien retribuidos y con rentas superiores al sector privado y las sedes o importantes sucursales de las principales empresas, organismos y entidades de España, generan un ecosistema económico per se, independientemente de que sea Ayuso la presidenta. Contexto favorable que a su vez permite un juego fiscal que retroalimenta el aterrizaje y asentamiento de rentas y patrimonios en la Comunidad de Madrid.
Pero como he señalado, ¿habría milagro Ayuso si fuera presidenta de otra Comunidad?
*El autor es economista y exconsejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra