s verdad que tienen un pacto con el Diablo...”, confirmaba ante las cámaras de televisión uno de los promotores del concierto de los Rolling Stones en Madrid. Sus satánicas majestades regresaban ayer a la ciudad en la que protagonizaron un mítico concierto en 1982 con banda sonora de truenos, cortina de agua como telón de fondo y mucho relámpago en los efectos especiales. Con cuarenta años más en sus cuerpos, siguen firmes sobre el escenario y sus biógrafos lo atribuyen al cambio de los malos hábitos por dietas rigurosas que les dan vitalidad a la edad que otros son ancianos. ¡O los hábitos no eran tan nocivos o las dietas son milagrosas..! Algo tiene el rock que puede con todo. Porque si histórica fue aquella aparición de los Rolling en el ya derruido estadio Manzanares, en la memoria de Pamplona se conserva la presencia de Miguel Ríos y su Bienvenidos, aquel mismo año, en una plaza de toros a la que ahora vuelve para conmemorar el centenario. Fue también por entonces cuando Felipe González llegó al poder y luego cambió su no a la OTAN, a la que España había entrado como miembro de número el 30 de mayo, por un abrazo con Reagan. 1982 nos trajo el Mundial de fútbol con Maradona liderando a Argentina, la misma selección que, ahora con Messi, va a presentarse en El Sadar. No me digan que no es como para pensar que alguien anda entrando y saliendo por las puertas del Ministerio del Tiempo. Quizá el mismo Diablo.