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Mesa de Redacción

Joseba Santamaria

La economía navarra ya demanda medidas urgentes

La economía navarra ya demanda medidas urgentesOskar Montero

Elma Saiz se estrenó como nueva portavoz del Gobierno de Navarra hablando de la situación económica. Es, según el argumentario oficial, para lo que le han colocado en esa responsabilidad. Saiz escenificó una situación de ralentización de la economía navarra, con una crecimiento del 4% a final de año –un punto menos de lo previsto en los Presupuestos de este 2022–, y de solo el 1,4% en 2023. También rebajó la creación de empleo a un 2,5% este año y a un 0,4% el próximo. Pero sobre todo Saiz descartó la posibilidad de una recesión. Quizá demasiado alegre y precipitadamente. No son precisamente buenas las previsiones, pero parecen más optimistas de lo que la realidad de los datos muestran ya este septiembre. Las buenas noticias siempre resultan más agradables que la permanente sucesión encadenada de todo tipo de hechos y datos negativos. El problema es que, como ya pasara en 2008 y 2011, los hechos acaben dejando en ridículo los alardes innecesarios de optimismo y autocomplacencia. Navarra tiene capacidades y potencialidades para hacer frente con garantías a los costes de interferencias inesperadas. Lo ha demostrado con la pandemia del coronavirus. Y herramientas de autogobierno para ello. Se trata de utilizarlas sin esperar las órdenes de Madrid. De hecho, las estadísticas ya muestran que la situación de la industria navarra, el comercio minorista o las pymes era inquietante en julio con los datos acumulados en la primera parte año y, pasado el paréntesis veraniego, todo indica que aquella inquietud preocupante ha elevado su nivel de riesgo de cara a este otoño e invierno. Hay síntomas objetivos por el aumento de los costes de la energía y el gas, la inestabilidad de los suministros y una inflación que no sólo no se reduce, sino que apunta al alza. Como respuesta a ello, una subida histórica de los tipos de interés del Banco Central Europeo que enfriará la economía. La puerta a la recesión. Los nubarrones que se acercan van mucho más allá de las incertidumbres que está trasladando a grupos políticos, agentes sociales y a la misma sociedad insistentemente Volkswagen Navarra y afectan a otras muchas empresas y sectores. Si no se toman medidas urgentes, propias y adecuadas a la situación de la industria, la economía y el empleo de Navarra, lo que llegue puede ser más gordo que lo que anunció Elma Saiz en sus previsiones. Una realidad que empeora cada semana y que están llevando a la industria navarra –el 30% del PIB foral–, si no a una situación ya de recesión, sí muy cercana. El Gobierno adelantó que estudia y planifica nuevas medidas para hacer frente a la creciente inestabilidad de la economía navarra –y de sus consecuencias posteriores en el empleo–, precisamente con los hogares y las empresas que sujetos preferenciales. Está bien, pero estará mejor si son eficaces y sobre todo si se aprueban con urgencia. Mejor adelantarse al escenario que esperar a que los nubarrones lleguen y descarguen la tormenta de improviso y con toda su fuerza. Los Presupuestos de 2023 y una redefinición de las prioridades de gasto e inversión públicas atendiendo a los signos que ya emite la economía navarra –aplazando si es necesario otros proyectos–, será el mejor antídoto contra el alarmismo, el catastrofismo y el apocalipsis que airean determinados discursos políticos del miedo.