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Editorial

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Nuevas estrategias energéticas

Nuevas estrategias energéticas

El frente de guerra en Ucrania mantiene su trágica evolución cuando el conflicto armado se encamina ya hacia su octavo mes. El lento pero continuado avance de las tropas ucranianas que está obligando al repliegue ruso sitúa la guerra en un escenario cada vez más incierto, en el que Vladímir Putin no duda en utilizar la amenaza nuclear. La destrucción el sábado del estratégico puente que une la península de Crimea con Rusia, símbolo además de la anexión de esta región a Moscú, ha vuelto a ser respondida por parte de Putin –como ya ocurrió con los sabotajes que inutilizaron los gasoductos Nord Streem– con una matanza de civiles, en esta ocasión en Zaporiyia, ya muy castigada. A las puertas del invierno y sin perspectivas ni de victoria ni de negociaciones de paz, la guerra se recrudece y muestra señales de que durará aún largo tiempo. Ello hace temer que la escasez de suministro de gas y petróleo y su encarecimiento se alargan también. La reciente decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de plegarse de nuevo a los intereses de Rusia mediante un recorte de producción con el objetivo de subir el precio forma parte de la estrategia de Putin y sus aliados para castigar a Europa y Estados Unidos por su apoyo a Ucrania, cerrándoles el grifo buscando también romper la cada vez más precaria unidad de la UE. Es una dura medida que precisa respuestas más allá del desiderátum de Estados Unidos sobre la necesidad de hacer lo posible por quitarle a la OPEP –medio siglo después– el monopolio del mercado energético. Es obligado buscar alternativas urgentes. La UE intentará hoy en el curso de la cuarta reunión anual sobre diálogo energético con Argelia un reforzamiento de la cooperación con el país magrebí que permita una menor dependencia de Rusia. Un acuerdo en esta clave puede aliviar pero no solventar los problemas en un escenario, además, en el que algunos países europeos buscan salidas individuales. En cualquier caso, el mejor modo de combatir las pretensiones de Rusia y las estrategias de cártel de la OPEP es el desarrollo de fuentes alternativas, suministros transitorios de hidrocarburos lo más cercanos posible a los consumidores y un impulso firme de renovables que redunden en la soberanía energética, siendo conscientes de la necesidad de una transición y de las limitaciones de su implantación.